El voto secreto "lo decide el Parlamento, no la CEI, y lo digo con estima por el cardenal Bagnasco". Así respondió con decisión el primer ministro, Matteo Renzi, en la mañana del viernes desde los micrófonos de Radio Anch'io a las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. El jueves, Angelo Bagnasco había esperado que la votación del Senado sobre las uniones civiles se realizara por voto secreto, para "promover" la libertad de conciencia de los parlamentarios.
“Me gusta mucho la idea de que un parlamentario sea responsable del voto que da y lo explique –precisó Renzi-. Después, el reglamento del Parlamento prevé un voto secreto y, si se dan las condiciones, lo decidirá Grasso, no la CEI”.
Incluso, el presidente del Senado, Pietro Grasso, reiteró que no debe haber injerencia: “Me parece que podemos decir que respeto todas las opiniones sobre el fondo y es correcto que todos puedan expresarse, hay libertad de expresión . Sobre los procedimientos, sin embargo, existe la prerrogativa de las instituciones republicanas para decidir”.
Nuevamente en Radio Anch'io, el Premier dijo que "es sacrosanto hacer una ley sobre uniones civiles, y finalmente estamos aquí después de años de postergaciones", pero también reiteró que es "muy contrario a la gestación subrogada y la gestación subrogada: más hay que hacer para prohibir el principio no sólo en Italia sino también en otros países. En derechos, en cambio, basta de aplazamientos. ¿Qué miedo tienen dos personas que se aman? ¿Por qué el Estado debería impedirles tener derechos?”.
