El presidente saliente Viktor Orbàn, líder de la derecha antieuropea, sigue ganando con creces, pero lo que nos hace pensar aún más es el crecimiento del partido xenófobo Jobbik. Solo falta la proclamación oficial, pero por ahora Hungría ha optado por confirmar su gobierno. Para Orbàn es una victoria flagrante: los conservadores del partido Fidesz, según proyecciones ahora consolidadas, tendrían el 45% de los votos lo que, gracias a la nueva ley electoral, supone, de nuevo, una mayoría de dos tercios en el Parlamento: 135 de los 199 escaños.
La Alianza Democrática, que soñaba con ganarle al Gobierno que tanto alarma a Bruselas, habría conseguido un resultado bastante modesto, sólo el 25% de los votos. Mientras la extrema derecha xenófoba y antisemita del partido Jobbik (The Best) se afirma, como se temía, con el 21 % de los votos que -según las normas de la ley electoral húngara- corre el riesgo de convertirse en el segundo partido por número de votos en el Parlamento.
