No es que hayan votado Sí, al contrario. Incluso el 98% de los votantes húngaros que acudieron a votar en el referéndum sobre inmigrantes del domingo se expresaron en contra de las cuotas de reparto decididas por la UE. El problema para el gobierno de Budapest es que no han alcanzado el quórum: la participación se detuvo en el 43,23 %, muy por debajo del 50 % exigido por la Constitución húngara para validar el resultado de la consulta.
El primer ministro nacional conservador, Viktor Orbàn, por lo tanto, perdió un objetivo prioritario para él por primera vez. Y, sin embargo, el jefe del Gobierno húngaro parece querer continuar con su camino intransigente: “Los resultados del referéndum –dijo Orbàn– deben tenerse en cuenta. La Unión Europea no podrá imponer su voluntad a Hungría”.
En definitiva, para Orbàn la señal política enviada por los que fueron a votar cuenta más que la propia nulidad del referéndum.
La consulta, recordamos, planteó esta pregunta: "¿Quiere o no que la UE imponga cuotas en la distribución de migrantes en cada uno de sus países miembros, sin consultar al gobierno y parlamento nacional y a los soberanos magiares?". Según todas las encuestas autorizadas, 8 de cada 10 húngaros no quieren inmigrantes ilegales.
En este punto, la oposición pide la dimisión del primer ministro: "Después de una derrota como esta en un país normal y democrático, el primer ministro debe dimitir", dijo el ex primer ministro socialdemócrata, Ferenc Gyurcsany.
