Desde que China ratificó las adopciones internacionales en 1992, miles de niños chinos han sido adoptados. La regla china (que adolece de numerosas excepciones) de un hijo por familia, junto con la mentalidad que prefiere los herederos varones, ha llevado a muchas familias, sobre todo en el campo, a ofrecer a sus hijas en adopción. De estos niños, unos 80 viven en Estados Unidos, que es el país que más recurre a las adopciones.
Recientemente, se ha afianzado una tendencia en la que las familias estadounidenses deciden pasar unos años en China, para permitir que los adoptados redescubran sus raíces. Una tendencia encomiable, que denota amor y madurez por parte de los padres adoptivos, pero que también tiene otras causas. El auge de China, que en unos pocos años podría incluso convertirse en la economía más grande del mundo, hace que sea aún más importante, para aquellos que viven entre los dos mundos, sentirse cómodos en uno y en el otro. Las perspectivas profesionales y culturales de quienes dominan el inglés y el mandarín y saben moverse con la misma fluidez en los dos grandes países son inmensas y justifican estos 'retornos' al país de origen del pueblo chino.
http://usa.chinadaily.com.cn/china/2012-12/23/content_16043642.htm
