“Los periódicos deberían dedicar al menos dos páginas aanálisis de sitios críticos, así como los maestros deberían enseñar a los niños a usar sitios web para escribir ensayos”. decir que es Umberto Eco, durante un encuentro con periodistas en el Aula Magna de la Cavallerizza Reale de Turín, tras recibir el doctorado honoris causa en "Comunicación y Cultura Mediática".
La semiótica y escritora, nacida en Alessandria, vuelve al tema candente de la fiabilidad de la web que, cada vez más, se revela como el megáfono que asegura la difusión de noticias falsas: según Eco, los periódicos deben empezar "a filtrar información de internet con un equipo de especialistas porque nadie es capaz de entender hoy si un sitio es fiable”.
Para mejorar la información, por tanto, hace falta un "control editorial" que se extienda también a Internet que, según el semiólogo y escritor, sufre un problema de larga data, el de las redes sociales que "dan derecho a hablar a legiones de imbeciles quien antes solo hablaba en el bar después de una copa de vino, sin perjudicar a la comunidad. Fueron silenciados inmediatamente, mientras ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles".
“Si la televisión hubiera promocionado al idiota del pueblo sobre el que el espectador se sentía superior, yoel drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo a un portador de la verdad”. Un drama que, cComo se ha dicho, sólo puede derivarse de la selección, de la capacidad de la industria cultural para promover contenidos fiables frente a los que no lo son. Una operación difícil, sin duda, pero vale la pena intentarlo.
En cuanto al futuro del papel impreso, Eco no se suma al coro de Cassandre, al contrario: “Hay una vuelta al papel. Empresas estadounidenses que han vivido y triunfado en internet han comprado periódicos (la referencia más obvia es al fundador y CEO de Amazon Jeff Bezos). Esto me dice que hay un futuro, el periódico no va a desaparecer al menos por los años que me dejen vivir. Más aún en la era de internet en la que el síndrome de la conspiración es rampante y proliferan los bulos”.
