“El panorama macroeconómico es decepcionante: los datos de Alemania son una llamada de atención porque indican que la debilidad persiste en el tiempo y en el espacio más de lo que creíamos hace seis meses”. La alarma la dio el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, ilustrando el programa de la presidencia italiana del Consejo de la UE a la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Además de informe del banco federal, que destacaba el estancamiento de la fabricación y la construcción en Alemania ("Fue el único país que aguantó la crisis", subraya Padoan), ayer Istat también certificó una caída de los pedidos y de la facturación de la industria en Italia en mayo.
“Las reglas no deben cambiarse, pero deben aplicarse. Las reglas ya prevén un cierto grado de flexibilidad”, agregó Padoan, según la cual “flexibilidad significa aprovechar al máximo las medidas existentes de reducción de la deuda con reformas estructurales a favor del crecimiento. Este enfoque doble ha funcionado en muchos países. Cualquier reforma debe ser analizada a la luz de la trascendencia que tiene en términos de crecimiento y desarrollo. Las reformas dan frutos a largo plazo, pero es posible que no aporten beneficios. Hay que sopesar bien el significado de la flexibilidad”.
El crecimiento "es la condición para unas finanzas públicas sostenibles", insistió el ministro italiano: "La salida de la deuda es el crecimiento, no hay atajos". También se hace referencia al desempleo, que “en Italia y en Europa está muy extendido: se necesita hacer mucho más, se deben tomar decisiones, se deben canalizar recursos para combatir el desempleo juvenil. Italia está muy atrasada en cuanto a la consecución de los objetivos en materia de educación, pero lamentablemente -subrayó- hay limitaciones presupuestarias".
Tenemos que tomar decisiones difíciles”, precisó finalmente la ministra, “pero apoyar el empleo y la educación de los jóvenes es una de las prioridades de los gobiernos”.
