Continúan las grandes maniobras en el frente ucraniano. La Unión Europea firmó hoy un nuevo acuerdo con Kiev, mientras que Rusia anunció la finalización de la anexión de Crimea y el puerto de Sebastopol.
Reunidos en Bruselas para el Consejo Europeo, los líderes de los veintiocho países de la UE firmaron con el primer ministro ucraniano Arseniy Yatsenyuk la parte política del acuerdo de asociación que se había ofrecido al gobierno anterior en Kiev y cuya interrupción, en noviembre, había desatado la calle protestas que culminaron con la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovych.
El apoyo político irá acompañado del apoyo económico: el miércoles la Comisión Europea propuso enviar ayudas por valor de mil millones de euros. Será un préstamo a mediano plazo para ayudar a Kiev a salir de la crisis. Además, en línea con EE. UU., la UE agregó 12 nuevos nombres a la lista negra de funcionarios rusos afectados por las sanciones y amenazó con consecuencias de "gran alcance" en caso de nuevas iniciativas rusas para desestabilizar Ucrania. En Estados Unidos, mientras tanto, los gigantes de las tarjetas de crédito Visa y Mastercard han interrumpido los servicios de pago a favor de los clientes de varios bancos rusos.
A pesar de todo, el Kremlin sigue su propio camino. El presidente Vladimir Putin ha asegurado que por ahora no habrá otras respuestas a las medidas de la UE y EE.UU. Pero, flanqueado por los presidentes de la Duma y del Senado (el Consejo de la Federación Rusa), también promulgó la anexión de la República de Crimea y el puerto de Sebastopol a Rusia.
El número uno de Moscú firmó el paquete de leyes que ratifica legalmente la incorporación de los dos nuevos sujetos durante una ceremonia solemne en el Salón Catalina la Grande, en el Kremlin, decretando además la creación de un nuevo distrito federal.
Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presiona desde Kiev para una solución pacífica y diplomática a la crisis, los líderes europeos han pedido a la Comisión que elabore un plan para junio para reducir la dependencia energética del bloque de la UE de las importaciones rusas. El 30% del gas que la Unión importa del exterior procede de Rusia y, de este porcentaje, la mayor parte llega al territorio de la UE a través de Ucrania, que es el principal estado de tránsito.
