Más inversión y más flexibilidad en el gasto público: nuevas reglas económicas están sobre nosotros para la Unión Europea. Todavía no estamos en la presentación del Pacto Fiscal, también recomendado por el Presidente de la República Sergio Mattarella en su mensaje del sábado al Foro Ambrosetti en Cernobbio, pero nos estamos acercando.
sábado a lasEcofin informal de Helsinki, en el que debutará el nuevo ministro de Economía italiano Roberto Gualtieri, laJunta Fiscal Europea (Efb), organismo técnico de gran prestigio en la comunidad, pondrá las cartas sobre la mesa presentando un sustancioso documento de 119 páginas elaborado sobre un mandato del presidente saliente Jean-Claude Juncker que intentará esbozar la reforma de las normas tributarias.
Los pilares de la reforma, según informa un servicio en profundidad publicado en el dom 24 horas, hay dos: 1) nuevas reglas para el gasto publico calibrado en el trienio y anclado al crecimiento de cada país pero sobre todo al renacimiento de la regla de oro, es decir, la desagregación de los objetivos de gasto de inversión pública siempre que estén vinculados a las prioridades políticas europeas; 2) oLos objetivos de reembolso de la deuda pública ya no están sujetos a la regla del 60 % pero modulado país por país y planificado en un período de 7 años.
Aunque con todas las precauciones diplomáticas y políticas necesarias, si el Ecofin aprueba el documento de laJunta Fiscal Europea, es evidente que la la estrategia de austeridad se archivará, Como el resto los vientos de recesión que atraviesan incluso Alemania han estado recomendando durante mucho tiempo.
Con las nuevas reglas, los anteriores parámetros de PIB potencial, de labrecha de salida, el déficit estructural y la restricción del 60% sobre la deuda pública dar más espacio a las políticas de desarrollo, naturalmente sin caer en la laxitud.
La propuesta de EFB, que parte de supuesto de la quiebra del Compat Fiscal tanto a efectos de reducción de la deuda como de estabilización de las finanzas públicas, está diseñado para tener más en cuenta la especificidad de cada país y de cada economía a fin de facilitar su crecimiento y modernización sin inútiles camisas de fuerza. De gran importancia es por supuesto el renacimiento, aunque limitado, de la regla de oro que puede dar un impulso a las inversiones en infraestructura y digitalización en un marco europeo armonioso.
Naturalmente estamos en los primeros pasos y las propuestas sobre la mesa tienen por ahora un valor técnico mientras el juego de la nueva Europa es todo político pero el viento de novedad que trae la presidenta Ursula Von der Leyen se percibe a simple vista y es un buen augurio.