La economía italiana está mejorando y seguirá haciéndolo en 2016, pero el trabajo, especialmente para los jóvenes, sigue siendo el primer problema, incluso si el empleo está creciendo. Así lo afirmó en su primer mensaje de fin de año a los italianos el presidente de la República, Sergio Mattarella, quien anoche habló por televisión, como es tradición, a las redes unificadas.
Mattarella evitó cuidadosamente la jerga política y se concentró en los problemas de la vida italiana, destacando sobriamente tanto los aspectos positivos como los problemáticos.
El Jefe de Estado aprovechó el orgullo italiano para instarles a reaccionar ante la corrupción que es un cáncer en la vida del país, ante la evasión fiscal que frena la recuperación, ante el miedo al terrorismo, que es y sigue siendo un problema real pero que no debe trastornar los días de los italianos.
En el mensaje de Mattarella no podía faltar una referencia también a la emergencia migratoria por la que el presidente pidió aunar rigor en el examen de las solicitudes de asilo con espíritu de acogida. Palabras de sabiduría también en defensa del medio ambiente y en la lucha contra la emergencia del smog.
"El presidente Mattarella - comentó el primer ministro Matteo Renzi - habló al corazón de los italianos".
