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Metalúrgicos, salarios y jornadas: ¿se puede exportar a Italia el acuerdo de los alemanes?

El acuerdo de los trabajadores metalúrgicos alemanes sobre el aumento de los salarios por encima de la inflación y sobre la posible reducción de oarri marca la pauta: en Italia, la situación económica e industrial es diferente, pero la negociación de empresa, si la practica un sindicato participativo, puede abrir importantes espacios para modernizar las relaciones laborales y satisfacer las expectativas de los trabajadores

Metalúrgicos, salarios y jornadas: ¿se puede exportar a Italia el acuerdo de los alemanes?

Una vez más, el sistema de relaciones laborales alemán ha demostrado una gran capacidad para encontrar soluciones adecuadas tanto para cumplir con las expectativas del mundo laboral como para ofrecer a las empresas soluciones que mantengan alta la competitividad. Aumentos salariales significativos muy por encima de la inflación, acompañados de una experimentación significativa en la gestión flexible de las horas de trabajo con elección voluntaria por parte de los trabajadores, hacen del acuerdo piloto en Baden Wuerttemberg (que debería extenderse al total de unos cuatro millones de trabajadores metalúrgicos alemanes) un modelo de referencia objetivo.

Sin embargo, no debemos ignorar el contexto económico en el que se alcanzó el acuerdo: pleno empleo, los niveles de desempleo más bajos desde la unificación del país, alta productividad y un período bastante largo de descanso salarial. Buenas noticias también para nuestra economía, porque los productores (y los trabajadores) italianos también se beneficiarán del probable crecimiento del consumo en el mercado interno alemán. En particular, la combinación de reducciones horarias de 35 a 28 y aumentos de 35 a 40, todo ello de forma voluntaria, permitirá atender las distintas necesidades de las familias manteniendo la eficiencia del aparato industrial.

También se introduce el derecho del trabajador a decidir sobre un breve período de vacaciones, aunque no sean retribuidas. Pero, ¿hasta qué punto es aplicable el “modelo alemán” en nuestro país? La condición previa es de naturaleza cultural, como lo es para la cogestión, para la articulación contractual y para la formación profesional: si la conciencia de que existen fuertes intereses comunes entre el capital y el trabajo, incluso las mejores reformas lucharán por establecerse.

Esto no significa que el conflicto deba archivarse (y las historias de los trabajadores de IG Metal son prueba tangible de ello) pero no necesariamente (como se dijo una vez y como se sigue pensando a menudo) un contrato sin huelgas no es un buen contrato. Es cierto que el mundo empresarial italiano también muestra síntomas de atraso, pero precisamente por eso debe ser desafiado en términos de modernidad, inversiones y calidad del trabajo. Las concepciones antagónicas, incluso si son defendidas abiertamente solo por áreas políticas minoritarias, corren el riesgo de traer solo frustraciones y derrotas para los trabajadores.

Sin embargo, el acuerdo alemán es una oportunidad importante para el sindicato italiano que tiene que lidiar con una situación económica diferente a la alemana y con un "enanismo industrial" que no simplifica la negociación y dificulta la transposición mecánica de este modelo.

Por ello, el desafío del sindicato italiano vuelve al campo de la negociación de empresa, ámbito en el que se concilian más eficazmente nuevo empleo, crecimiento salarial, productividad, nuevas tecnologías, ordenación del tiempo de trabajo y, sobre todo, un papel de participación activa a los trabajadores interesados.

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