Es un Tour apasionante, que también toma por sorpresa a las casas de apuestas, que en pocos días tuvieron que cambiar constantemente al superfavorito para la victoria final: tras la contrarreloj de Pau era Geraint Thomas pero en lo alto del Tourmalet el galés, protagonista de un final incierto, fue suplantado por el explosivo Alaphilippe en camisa amarilla.
Apenas han pasado 24 horas y en el Prat d'Albis, que domina el Foix, aquí está el primer candidato al maillot amarillo de París Thibaut Pinot, que ayer repitió el ataque de bullying que le había dado la victoria en el Tourmalet, y saltó al cuarto puesto de la clasificación a 1'50” de Alaphilippe ya sólo 15” de Geraint Thomas que es segundo.
No ganó porque había un alegre 33” adelante Simon Yates que se dio su segunda victoria en solitario en una carrera del Tour desde el principio como cazador de etapas y no como hombre del ranking. Alaphilippe no estuvo ayer con Pinot pero Landa, autor del enésimo ataque que, aunque no finalizó con éxito, le permitió acortar un poco la clasificación, escalando hasta la séptima plaza a 4'54” del maillot amarillo.
Símbolo de primacía que permanece sobre los hombros de Alaphilippe pero el horizonte del que hasta ayer parecía un mosquetero invencible se ha desdibujado de repente. La culpa de una avería que encendió un semáforo rojo en el hasta ahora perfecto motor del maillot amarillo: todo ocurrió en el momento de la trago de pinot quien saludó en un abrir y cerrar de ojos a la compañía de una tropa con Thomas, Bernal, Krujiswjick, Valverde, Buchmann, Porte, Fuglsang.
Sólo Alaphilippe trató de seguirlo, repitiendo el emparejamiento del Tourmalet. Incluso lo consiguió durante un breve tramo, pero ante un segundo acelerón de Pinot, el maillot amarillo cedió y fue reabsorbido por la escuadra de Thomas. En lugar de seguir a los dos co-líderes de Ineos, Thomas y Bernal, Alaphilippe tomó la delantera disparando desperdiciando la poca energía que le quedaba.
Con la consecuencia de que llegó pronto también separado de los otros grandes nombresarriesgándose a un semi-suicidio. Abrumado por el cansancio, cruzó la meta a 1'49” de Yates ya 1'16” de Pinot y Landa. Fue casi un minuto, 58 "para ser exactos, que Alaphilippe tuvo que conceder a buchmann, un duro alemán que está haciendo un Tour espléndido, ea Bernal, bueno en la final para ganar preciosos segundos incluso arriba Thomas (séptimo a 1'22” de Yates) e krujiswjick.
El galés -a decir verdad tampoco tenía buena pinta- y el holandés, que llegaba junto al siempre irreductible Valverde, aprovecharon no obstante el paso en falso de Alaphilippe para ganar 27” al maillot amarillo, que ahora encomienda a la jornada de descanso, que afortunadamente ha pasado hoy, todos esperamos recargar las pilas.
“No estoy decepcionado, solo estoy exhausto. Era de esperar después de lo que hicimos en estas dos primeras semanas del Tour, pero estoy orgulloso de tener todavía la camiseta puesta”, comentó Alaphilippe con entusiasmo en su primer mal día. Pero con los Alpes asomando en el horizonte con tantas colinas legendarias para escalar, desde el Vars hasta el Izoard, desde el Galibier hasta los más de 2700 m del Iseran, ya no es Alaphilippe sino Pinot, que demostró ser el más fuerte y concreto de los escaladores de los Pirineos, los franceses mejor equipados para reír a Francia el maillot amarillo final, un evento que ha estado desaparecido desde 1985.