Tras el de Cavendish en Utah Beach, aquí está el espectáculo mundial de Peter Sagan en la meta de Cherburgo: para el campeón del mundo, quinta victoria en el Tour y primer maillot amarillo. Sagan era el favorito de las casas de apuestas en una etapa de perfil clásico y final accidentado con una corta subida. El campeón eslovaco estuvo a la altura de las expectativas ganando con una fantástica recuperación a Julian Alaphilippe, el esperanzado francés que parecía ganar a cien metros de la meta. Pero no había contado con ese equilibrista que se le acercaba.
Curiosamente, por histriónico que sea, Sagan no levantó las manos en señal de victoria. Curiosamente pensó que uno o dos corredores ya habían llegado antes que él. De hecho, hasta menos de un kilómetro para la meta, lideraba la carrera el flamenco Jesper Stuyven, único valiente superviviente de una larga fuga de cuatro hombres, que vio su sueño hecho añicos a un paso de la meta. Otro gran engaño en el umbral de meta del que la historia del ciclismo es rica a partir del famoso sufrido por Franco Bitossi en el Campeonato del Mundo de Gap de 1972.
Gran alegría para Sagan pero Oleg Tinkov, el magnate ruso propietario de Tinkoff que sigue el Tour en la Autocaravana del equipo, no tenía la sonrisa de los mejores días: estropear la fiesta fue otro día de mala suerte para Alberto Contador, el campeón con el que Tinkov quiere ganar el Tour.Tras las contusiones y heridas sufridas en la primera etapa, el asturiano se vio envuelto ayer en otra caída a mitad de pelotón, por un descarte de Toni Martín, cuando quedaban cerca de un centenar de kilómetros para el final. El Pistolero se reincorporó al grupo sin esfuerzo, pero en el forcejeo final, en los tramos de la Cote de la Glacerie, los golpes sufridos le frenaron el pedaleo. Al final perdía a 48” de Valverde (tercero), Froome (décimo), Quintana, Aru y Rodríguez.
Si nadie gana el Tour en la primera semana de carrera, algunos pueden empezar a perderlo. Y Contador, bastante desgastado físicamente, es el gran nombre que ha entrado en observación. Pero el campeón de España no es el único perseguido por la mala suerte, que ayer también apuntó a Richie Porte, que se quedó varado por un pinchazo a 5 km de meta. El tasmano, mal asistido por su equipo, el Bmc, que le dejó prácticamente solo, sufrió un retraso de 1'45” llegando a un grupo en el que también estaba el ex maillot amarillo Cavendish. No fue mala suerte, sino un ligero fallo en la final que le costó a Nibali y Thibaut Pinot un retraso de 11” también. Nada dramático para el Tiburón, pero tampoco buena señal.
