En los 500 metros de la última subida en Rodez, Chris Froome recupera con interés lo que había perdido en los 350 metros de meta en la pared de Peyragudes: la "primavera" pirenaica que había llevado a Fabio Aru al amarillo, volcando las jerarquías consolidadas de del Tour, se desvanece a los dos días al final de una etapa sobre el papel bastante trivial pero que al final no lo fue ya que reorganizó la clasificación devolviendo al dictador del Tour al liderato. perdido", dijo Aru al final tras devolverle el maillot amarillo a Froome, pero el análisis de la etapa no es demasiado tranquilizador para el campeón italiano dejado solo por sus compañeros de Astana que se desvanecieron en la fase caliente de la carrera. Sin Cataldo y Fuglsang, obligados a abandonar el Tour por las consecuencias de una caída en la primera de las dos etapas pirenaicas, el Astana es muy poco comparado con el acorazado Sky, que protege y escolta a Froome aun a costa de sacrificar un potencial Tour ganador como Landa. Ya aislado, Aru también metió su pedaleo en la parte central del grupo justo cuando estalló el rifirrafe de cara al ataque en la última subida de la Cote de Saint-Pierre. Cuando el compacto grupo -que había alcanzado a Thomas De Gendt, último fugitivo del día- se partió por efecto del viento y del trabajo de los equipos que aspiraban a ganar la etapa -la Sunweb para Matthews, la Bmc para Van Avermaet, Quick Step Floors para Gilbert y Dimension Data para Boasson Hagen: Aru se vio excluido de juegos como Quintana y Contador.
Todos los demás hombres de la clasificación estaban por delante de él, Froome y Uran incluso intentaron entrar en el sprint final en el que el australiano Michael Matthews se impuso en potencia por delante de Van Avermaet. Detrás había una sucesión de hoyos que dieron un gran trabajo a los cronometradores del Tour, Froome y Uran llegaban a 1” de los dos primeros en un grupo regulado por Boasson-Hagen sobre Gilbert. El retraso de Bardet se calculó en 5”. Landa marcó 15”. Luego a los 22” Contador y Quintana cruzaron la línea de meta. Aru alcanzó el puesto 30 a las 24”. El maillot amarillo pasó a hombros de Froome con 18" sobre el sardo, seguido de Bardet a los 23" y de Uran a los 29". ¿Una distracción reparable, la de Aru, o los primeros síntomas de cansancio tras dos semanas de gran Tour? Tácticamente, el campeón italiano se inclina más al ataque que a la defensa: sin la presión de la camiseta, quizás corre con más soltura, aunque la debilidad del Astana para protegerlo es un talón de Aquiles que no puede dejar de condicionar la decisiva última semana de el Tour, comenzando la etapa de hoy con meta en el Macizo Central.
