La calma vuelve después de la protesta contra uber el jueves, en las ciudades italianas. El servicio ha vuelto a la normalidad pero no en todas partes: de hecho Milán, Turín y Florencia van bien, mientras que todavía hay focos de protesta y servicio intermitente en Roma y Nápoles.
Los taxistas confirmaron el estado de agitación hasta el martes, día fijado para la reunión en el Ministerio de Infraestructura, en vísperas de la reanudación de los trabajos parlamentarios en la Cámara sobre el decreto Milleproroghe. Solo una enmienda al decreto, que pospone hasta fines de 2017 la disposición que limita el acceso de los autos de alquiler con conductor (los llamados Ncc) y establece los criterios para la emisión de licencias, desató este jueves salvajes protestas en ciudades italianas, con turistas y viajeros quedan varados sin previo aviso, en contra de cualquier legislación sobre el derecho de huelga.
Hoy, viernes, el servicio ha vuelto a la regularidad en casi todas las ciudades italianas, pero en Roma solo están garantizados los servicios de emergencia. Para evitar incurrir en sanciones del Garante por huelgas en los servicios públicos, los taxistas están presentes en las áreas de descanso pero no realizan viajes, limitándose a los destinados a hospitales oa personas discapacitadas o de la tercera edad. Nico Di Giacobbe, de la Unica CGIL explica que “el ministro Delrio convocó a los representantes de los taxistas para el martes, luego decidiremos qué hacer”.
En Milán se han reunido asambleas espontáneas frente a la Estación Central y en los aeropuertos de Linate y Malpensa pero no se ha informado de ningún inconveniente particular. En Turín el servicio se reanudó a partir del jueves por la tarde. En Florencia lo mismo mientras que en Nápoles los taxistas garantizan el servicio pero dicen estar listos para retomar la agitación si lo consideran necesario.
