Al comienzo de una semana decisiva para la EurozonaCon la flexibilización cuantitativa esperada el jueves por el BCE y las elecciones griegas programadas para el domingo, Suiza aún tiene que recuperar la sobriedad de la resaca monetaria de la semana pasada. Y mientras la Bolsa de Zúrich intenta recuperarse del desplome de las dos últimas sesiones (hoy en la apertura el principal índice rebota unos tres puntos porcentuales, tras el -15% registrado entre jueves y viernes), sobre el comercio minorista y el turismo el llegan las primeras señales de alerta.
Todo comenzó hace cuatro días cuando el banca nazionale suiza canceló el límite mínimo impuesto hasta ahora al tipo de cambio entre su propia moneda y la moneda única (1,20 francos por un euro, equivalente a 0,83 euros por un franco). El movimiento realizado levantar el uniforme suizo, que el viernes por la noche cerró a 0,97 por euro (registrando una ganancia del 20,7% en dos días), mientras que esta mañana cotiza a la paridad.
Mientras tanto, shock cambiario ya ha causado algunas consecuencias en la economía real. Los trabajadores fronterizos, por ejemplo, que ganan en francos y gastan en euros, han experimentado un aumento el poder adquisitivo de sus salarios. El problema ahora es saber si todos estos trabajadores podrán mantener sus puestos de trabajo, ya que la subida del franco pondrá en riesgo a más de una empresa, principalmente a las activas en la exportación. Y no son pocas: según Morgan Stanley, solo las empresas que cotizan en la Bolsa de Zúrich producen de media el 85% de su facturación en el extranjero (piensen en gigantes como Nestlé, Swatch y Novartis, que hoy se recuperan en Bolsa respectivamente 3,6. 3,18, 4,88 y XNUMX%).
No solo eso: jueves y viernes se multiplicaron las colas en las ventanillas para comprar euros con francos y ganar al salto en la moneda suiza (a estas alturas la transacción es cómoda incluso neta de las comisiones que imponen los bancos y las casas de cambio), mientras que desde el domingo el Los suizos han comenzado a gastar ese dinero a través de las fronteras: principalmente en Alemania, pero también en Italia, Francia y Austria.
No podemos hablar de una verdadera diáspora de consumidores, pero la turismo de compras ha habido y solo puede preocupar a los comerciantes suizos, especialmente a los que operan en las zonas fronterizas. Incluso la gasolina, que siempre ha sido más barata que en los países vecinos y, por lo tanto, también comprada en los cantones por automovilistas extranjeros, puede que ya no sea muy atractiva a este tipo de cambio.
También en el frente de turismo, Suiza probablemente se enfrentará a una 2015 dificil. “Los teléfonos han dejado de sonar y las reservas en línea han cesado – dijo Jürg Schmid, director de la agencia estatal de Turismo, en una entrevista en “Le Matin Dimanche” -. Desde el jueves, todos los turistas europeos saben que nos hemos encarecido: si continúa el partido entre el euro y el franco, sufriremos mucho". Aunque Suiza nunca ha sido un destino barato, la nueva subida que ha producido el superfranco ya ha desanimado a varios viajeros, que, con los esquís al hombro, se han desviado hacia la más barata Austria.