En el escenario de la UE lSuecia tiene una de las tasas de deuda pública e inflación más bajas, enriquecido por un sistema bancario saludable. Pero no siempre fue asíì. La economía sueca ha sufrido un bajo crecimiento y altos niveles de inflación a lo largo del tiempo, y la corona sueca se ha devaluado repetidamente. Suecia ha sido golpeada por uno profunda crisis financiera a principios de la década de 1990. El sistema bancario se volvió tan inestable que dos bancos fueron nacionalizados, el desempleo aumentóò rápidamente, a medida que el gasto público y la deuda se disparaban fuera de control. El camino de regreso a la estabilidad y el éxito no es é sido fácil para el país, pero gracias a la implementación de valientes reformas ha sido capaz de transformar su economía, manteniendo una posición de fortaleza incluso frente a la reciente recesión. Tras el estallido de la crisis de 1990, los gobiernos suecos prosiguieron laobjetivo de presupuesto equilibrado durante más de una década, continuando haciéndolo incluso después de la crisis financiera mundial de 2007-2008. ¿Cómo fue esto posible?
Suecia ha reinventado su gobernanza económica con un conjunto de reglas innovadoras. En primer lugar, en 1996 un límite de gasto público (utgiftstak), acompañado por el "superávit objetivo" (överskottsmålet) para el presupuesto estatal. Estas reformas contaron con un amplio apoyo de toda la clase dominante de Suecia, en la creencia de que deberían garantizar a las generaciones futuras una sólida estabilidadà macroeconómica. En 2007, se estableció el Consejo de Política Fiscal (Finanspolitiska rådet), un comité de expertos y supervisores de las decisiones de política gubernamental sobre finanzas públicas, paraè mantenerse en consonancia con la objetivos a largo plazo de crecimiento, empleo y sostenibilidad financiera. La gestión creíble de las finanzas públicas ha asegurado que Suecia permanezca entre el ejemplos più luces de los países fiscalmente responsables en Europa. Y mientras los gobiernos con grandes déficits presupuestarios han tenido que implementar medidas de austeridad para aumentar los impuestos y recortar el gasto público, Suecia ha evitado estas dificultades, tanto que el nivel de carga fiscal en Suecia è ha disminuido desde el comienzo de la crisis. El país tiene tantoì continuó a invertir en sectores como la sanidad, la educación y la I+D.
Suecia tiene hoy una economía altamente competitiva y exitosa. El Foro Económico Mundial y el Banco Mundial sitúan a Suecia en sexto lugar entre los países más competitivos del mundo. Allíò No sorprende, ya que una característica clave de la cultura sueca es su apertura y enfoque liberal hacia el comercio, lo que la convierte en una nación orientada a la exportación con un gran superávit comercial. Además de mantener la competitividad de la producción industrial, es fuerte en Suecia la crecimiento en los sectores de servicios modernos, como las tecnologías de la información y la comunicación. El servicio de llamadas por Internet Skype y el servicio de transmisión de música en línea Spotify son dos ejemplos, pero los suecos no se detuvieron ahí. Desde 2008, el sector de las TIC ha crecido un 16 por ciento y ahora emplea a más del 4 por ciento de la mano de obra local. El sector se caracteriza por muchas empresas nuevas y pequeñas y medianas, e Estocolmo es conocida como uno de los principales centros de puesta en marcha de empresas de TIC en Europa.. Y si bien Estocolmo es el centro de la actividad económica sueca, está lejos de ser la única región exitosa. En realidad, en comparación con otros países europeos, la riqueza en Suecia se encuentra entre las más uniformemente distribuidas a nivel regional: de hecho, es el único país de la UE donde cada región tiene un PIB per cápita superior a la media de la UE. De esta forma, se encuentra en todo el territorio nacional un fuerte dinamismo económico y altos niveles de vida.
La actual prosperidad económica y social de Suecia se ha basado en las lecciones aprendidas de la crisis financiera de principios de la década de 1990. La búsqueda de reformas estructurales junto con la sostenibilidad fiscal se ha convertido en un un factor institucional fundamental en un contexto donde se combinan políticas económicas estables con competitividad, innovación y un enfoque abierto a la internacionalización de las empresas y el comercio. Todo para hacer de Suecia un modelo tangible de éxito económico.