Sin reclamos, de momento, por la masacre de Boston (el balance a las 13.30 horas en Italia todavía habla de 3 muertos y más de 140 heridos, varias decenas de ellos de gravedad): la CIA y el FBI están pues trabajando para encontrar los motivos y sobre todo los culpables
Las pistas seguidas por la inteligencia estadounidense, en constante contacto con el presidente Obama, son actualmente principalmente dos. El primero es el del terrorismo islámico., no tanto de nivel organizado e internacional como Al-Qaeda, sino de algún yihadista aislado residente en Estados Unidos: hace apenas unas semanas, de hecho, la revista de propaganda islámica Revista Inspirar ha dedicado un número especial a esta nueva forma de terrorismo artesanal, definida “Yihad de código abierto”.
Esta es la pista más creíble y, paradójicamente, quizás la más tranquilizadora, dado que la alternativa que se perfila en estas horas resulta bastante inquietante: en realidad estamos hablando de lahipótesis de un acto de terrorismo internoespecialmente la extrema derecha estadounidense. Sobre todo, esta tesis se sustenta en la fecha elegida para la masacre: de hecho, el 15 de abril en EE.UU., y en particular en Boston, es el Día del Patriota, y es también el día en que los contribuyentes pagan impuestos.
¿Será el terrible atentado, que también costó la vida de un niño de 8 años, el resultado de una feroz intolerancia contra la política fiscal? Los investigadores de momento no lo descartan: podría ser un acto violento de protesta de un grupo nacionalista de extrema derecha. Esta tesis también es apoyada por el conocido criminólogo Alain Bauer, asesor de las fuerzas policiales de Nueva York y Los Ángeles, quien, entrevistado por varios órganos de prensa, declaró: "La elección de Boston es algo extraña para un grupo internacional: la La pista interna por el momento es la preferida".
Bauer también cita algunos precedentes escalofriantes, como la masacre de la ciudad de Oklahoma en 1995, que llegó en busca de venganza tras el sangriento operativo policial realizado dos años antes en Waco para conquistar un rancho donde tenía su sede la secta religiosa de los davidianos. O la bomba que hizo explotar un nacionalista antisemita en 1996 en Atlanta durante las Olimpiadas. “Sin embargo, también está la estela islámica, sin duda -volvió a explicar Bauer-: por ejemplo, la doble explosión de bombas de este tipo recuerda mucho al modus operandi del escuadrón antibombas libanés”.
