No son sólo las "débiles perspectivas de crecimiento" y la "fragilidad de la coalición gobernante" las que justifican la rebaja por Standard & Poor's sobre la deuda italiana. En el análisis que acompaña a la comunicación del recorte a nuestro país, la calificadora explica que la decisión se produjo también por las últimas maniobras económicas aprobadas por el Ejecutivo, que no respaldaron a Italia con las reformas estructurales adecuadas. En definitiva, no se han eliminado esos "impedimentos" de larga duración que aprisionan la economía peninsular.
Entre los lastres que pesan sobre el crecimiento italiano, S&P cita "los bajos niveles de participación y las rigideces regulatorias en el mercado laboral", así como los estándares excesivos "en el sector servicios". La agencia luego señala con el dedo "lo que creemos que es una administración pública ineficiente" y una "tendencia relativamente modesta en la inversión extranjera".
Finalmente, una observación despiadada: "Varias medidas que se habían propuesto, incluida la liberalización de profesiones, se han cortado o pospuesto debido a la resistencia dentro de la coalición de gobierno o en el Parlamento".
