ESTRATÉGIZACIÓN por Emanuele Sacerdote. Las últimas noticias climáticas no son buenas.
Ha aparecido un gran reloj digital en Nueva York, Climate Watch, que nos recuerda el tiempo que falta, SÓLO 7 años, para llegar al momento de la irreversibilidad de la crisis climática y el desastre. China ha lanzado un plan para reducir las emisiones de dióxido de carbono que espera llegar a cero para 2060. La noticia no es buena porque afirma inexorablemente que llegamos tarde y queda muy poco tiempo: además, no es buena porque confirma que los gobiernos (UE aparte) aún no se ponen de acuerdo y piensan con otros filtros. En cambio, parecería que las empresas han encontrado conceptos, procedimientos y medidas para converger en: i temas y temas de RSE (Responsabilidad Social Corporativa), Materialidad, ESG (Ambiental, Social, Gobernanza) y SRI (Inversión Socialmente Responsable) están encontrando cada vez más consenso y aplicación también porque es el mercado (sell-in y sell-out) el que empieza a solicitarlos y demandarlos. Creo que todavía queda un gran esfuerzo por hacer para un cambio significativo de cultura, de mentalidad y de visión. Los temas de sustentabilidad y responsabilidad corporativa también deben ser vividos como temas de cultura corporativa, ventaja competitiva, posicionamiento estratégico, modelo de negocios y creación de valor a largo plazo. Hoy parecería que estas áreas deberían estar más correlacionadas y que la cuestión de la sustentabilidad es de interés primordial para el razonamiento de gestión de riesgos y las evaluaciones económico-financieras de las empresas, pero solo de manera secundaria como razonamiento de mercado y consumo. Lo que quiero decir es que la sostenibilidad y la responsabilidad son ante todo cuestiones de propósito, diseño estratégico y gobierno de la organización dirigidas a reducir el impacto ambiental, social y económico., sino también dirigida a enriquecer y fortalecer la identidad, la imagen, el posicionamiento en su segmento de productos, con sus grupos de interés y accionistas y, posteriormente, con la comunidad económico-financiera. Por tanto, en primer lugar sería necesario validar estos temas desde el punto de vista de la cultura y la estrategia de largo plazo en una lógica de cambio y progreso continuo, funcional, eficiente y eficaz hacia un mundo mejor y para una longevidad superior. Solo así el valor y la calidad de la acción estratégica podrán volverse verdaderamente “buenos” e interpretar, adoptar e implementar el espíritu de sustentabilidad y responsabilidad ambiental, social y cultural de la empresa según el enfoque centrada en el cliente. En consecuencia, los temas de materialidad, RSE, ESG, SRI serían más fáciles de decodificar y comprender para el cliente final, quien, habiendo refinado sus conocimientos, tomaría decisiones más precisas, prudentes y conscientes.
“En lugar de evaluar el estado de la economía en función del valor cuantitativo bruto del PIB, debemos distinguir entre un buen crecimiento y un mal crecimiento y luego impulsar el primero a expensas del segundo, de modo que los recursos naturales y humanos se vinculen a una producción ineficiente. procesos y materiales de desecho pueden ser liberados y reciclados en procesos eficientes y sostenibles”. Fritjof Capra y Hazel Henderson. ¡Mis mejores deseos!