Alarma por las consecuencias de los nuevos requisitos de capital exigidos a los bancos: el Senado pedirá orientación a la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y al Banco de Italia, así como a Monti en su calidad de Ministro de Economía. El problema se planteó en la comisión de Finanzas de Palazzo Madama. Preocupaciones surgen - como subrayó la senadora Maria Leddi, del Partido Demócrata - precisamente de los nuevos parámetros definidos por la EBA, sobre la base de los cuales los bancos italianos se verán obligados a aprobar aumentos sustanciales de capital social antes de la fecha límite del próximo 30 de junio, para un total de 14,8 millones de euros: "Es evidente que la necesidad de encontrar una liquidez tan enorme pondrá en dificultades al sistema bancario en su conjunto, haciéndolo fácilmente impugnable por sujetos extranjeros".
También debemos considerar "las dramáticas repercusiones en la economía real, ya que todos conocen la dependencia de las actividades productivas del apoyo bancario". De ahí la necesidad -argumenta el senador del Partido Demócrata- de que la Comisión de Finanzas se haga preguntas sobre la naturaleza, política o técnica, de las razones que sustentan el trabajo de la EBA. Las declaraciones del presidente de la comisión, Mario Baldassarri, le hacen eco: “Considerando los efectos negativos de estas intervenciones de recapitalización en los bancos italianos. De hecho, no sólo existe el riesgo de que las entidades de crédito sean absorbidas por sujetos extranjeros, sino que se vean obligados a proceder a la amortización anticipada de las líneas de crédito concedidas a empresas y familias”.
Baldassarri recuerda haber planteado la cuestión en la reciente audiencia del comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, y haber recibido "una respuesta insatisfactoria". Y para el PDL, la senadora Anna Bonfrisco no deja de recordar cómo el presidente de Consob, Giuseppe Vegas, ya había destacado los riesgos y los efectos negativos derivados de las intervenciones de recapitalización masivas que los nuevos parámetros europeos imponen y también había hecho hincapié en la cuestión de la las facultades de intervención de la EBA, como organismo de carácter puramente técnico.
“Evidentemente – señala Bonfrisco – los intereses del sistema bancario italiano no han sido adecuadamente representados y defendidos en el contexto del trabajo de la Autoridad Bancaria Europea”. Preocupaciones unánimes y transversales, por tanto, que llevaron a la comisión a proceder a las audiencias del Banco de Italia y de la EBA, como Autoridad de supervisión del sector bancario a nivel nacional y europeo, y del Ministro de Economía y Finanzas, " como representante político de los intereses de Italia”.
