Argentina de nuevo en emergencia. La cura de Macri y el retorno de la inversión no son suficientes.
El banco central de Argentina elevó las tasas de interés al 40% para frenar la caída del peso. El costo del endeudamiento aumentó en 300 puntos básicos, un máximo histórico
Cuando parecía que la cura de Macri realmente había hecho efecto, restaurando la confianza y la inversión, la tormenta volvió a Buenos Aires.
Es el segundo aumento consecutivo, el tercero en una semana. Ayer las tasas se fijaron en 33,25% solo ayer. Se habían elevado al 30,25% desde el 27,25% hace solo siete días. Otro endurecimiento monetario sigue a los intentos fallidos de defender la moneda local, en la que se gastaron 5 millones de dólares la semana pasada. El peso se derrumbó a un mínimo de 22,25 por dólar. Hace un año estaba en 15. Solo en 2018 la caída fue del 17%. Jueves el peor día: -8,5%, el peor desempeño desde diciembre de 2015.
“La autoridad monetaria ha tomado estas decisiones -afirma el Banco Central de Buenos Aires- con el fin de evitar comportamientos disruptivos en el mercado cambiario y garantizar un proceso de desinflación y está lista para actuar nuevamente en caso de ser necesario”.
Argentina es, por tanto, incapaz de encontrar la paz, mientras la inflación sigue al galope, los déficits fiscal y comercial aumentan y la sequía pesa sobre los cultivos de soja y maíz. Elementos que, junto con las fluctuaciones del dólar, están desplazando al peso argentino provocando una fuerte caída.
