Después de que la Fed de EE. UU. cerrara los hilos de la bolsa en Quantitative Easing, el Banco de Japón sorprende a todos con una decisión de signo contrario. Durante la noche italiana, el banco central japonés comunicó la decisión de adoptar nuevas medidas de política de flexibilización monetaria.
En particular, el BoJ aumentará la base monetaria en otros 10 billones-20 billones de yenes al año, a alrededor de 80 billones de yenes (equivalentes a 583 mil millones de euros) desde los 60-70 billones anteriores (430-500 mil millones de euros).
El banco central también aumentará el alcance de su programa de compra de activos, triplicando la compra de fondos cotizados en bolsa (ETF), REIT (fideicomisos de inversión en bienes raíces) y deuda a largo plazo.
La medida se decidió para combatir la deflación de manera más efectiva, una vez que se reconoció que las medidas anteriores lanzadas por el primer ministro Shinzo Abe habían agotado sus efectos.
De hecho, Japón aún está muy lejos del objetivo de inflación del 2% previsto para 2015. En septiembre, la cifra ajustada neta del aumento del impuesto al consumo marca un +1%, frente al +1,1% de agosto.
"Hemos decidido ampliar la flexibilización cuantitativa para asegurar el rápido logro de los objetivos", dijo el gobernador Haruhiko Kuroda en una conferencia de prensa, reafirmando la meta de inflación del 2% para el próximo año. “Estamos en una etapa crítica para tratar de liberarnos de la mentalidad deflacionaria”, concluyó.
