Un vino que interpreta la filosofía del momento histórico, en el que el compartir y la integración son elementos clave y que, a pesar del nombre, “no nace de la soledad, sino de la necesidad de dialogar y acercarnos aún más”.
Gianmaria Cesari, propietario de la Umberto Cesari, empresa fundada en 1964 en Castel San Pietro Terme, entre los primeros en Emilia Romagna en creer en el gran potencial de las vides autóctonas como Sangiovese, Trebbiano, Albana di Romagna y Pignoletto, pasaron de las 20 hectáreas iniciales, a las 355 actuales de las cuales 175 son propias y 180 alquiladas, así describe el nacimiento de "Solo" un proyecto enológico compartido con su padre Umberto producido a partir de uvas Merlese, una vid nueva fruto de un matrimonio entre dos padres importantes: Sangiovese y Merlot.
“Las vides –subraya– nacen casi todas de cruces espontáneos, o de un intercambio fortuito de polen entre dos sujetos, pero si el hombre facilita la llegada de polen de una variedad precisa (Merlot) al ovario de otra de interés (Sangiovese) se obtienen pepitas de uva que, al sembrarlas, dan lugar a una nueva variedad. Una de estas semillas de uva dio a luz a Merlese”.
Un proyecto que requería años de estudio y experimentación, determinación y tenacidad, seguimos con la Universidad de Bolonia con gran compromiso, "pero nos han permitido llegar a este unicum donde la teoría y la práctica se encuentran a la perfección".
Y aquí está "Solo" vino de color rojo rubí intenso y brillante con reflejos violáceos, llamativo por la suavidad y delicadeza bien armonizadas con la acidez (características encontradas en los dos viñedos que la generaron), mientras que la notas afrutadas de cereza, moras y bayas van bien con los tonos especiados y balsámicos típicos del Merlot. Un vino contemporáneo, amplio, intenso y de gran personalidad, que persiste en el posgusto con un tanino firme pero agradable.
“Solo” –subraya con el mismo orgullo con que un padre habla de su hijo recién nacido– es algo que no existía, algo diferente y único. Un reto enológico que comenzó hace años, en colaboración con la Facultad de Agricultura de la Universidad de Bolonia, (una relación con la Universidad que dura 40 años) inspirados en el nuevo contexto climático que está surgiendo. Esta nueva variedad de vid, más tolerante al estrés ambiental respecto a sus parentales (tolera mejor la sequía que el Merlot y resiste mejor las lluvias tardías que el Sangiovese), se ha combinado con prácticas agronómicas innovadoras y sostenibles, con el objetivo de obtener esa resiliencia que se está convirtiendo en una condición necesaria para la viticultura actual.
Los viñedos de Merlese, cultivados en suelos calcáreos con una matriz arcillosa, ofrecen una uva de bayas negras que disfruta de una ligera precocidad heredada de Merlot, combinada con una capacidad de resistencia superior, en comparación con el 'padre Sangiovese'. Merlese madura antes que Sangiovese, pero después de Merlot; las hojas se asemejan a las de Merlot, cubiertas de tomenti, el racimo es más pequeño que el Sangiovese, pero más grande que el Merlot. El peso medio se sitúa entre el de los padres, pero lo interesante es el color que le dan los hollejos al vino. De hecho, Merlese cuenta con una piel rica en polifenoles, así como niveles más altos de concentración de ácido y azúcar. Una uva que trae consigo los aromas del Merlot y la fuerza del Sangiovese, con un toque más suave y menos anguloso.
En 2018, la empresa fue la primera en la región en obtener la certificación "Sistema Integrado de Calidad de la Producción Nacional" (SQNPI) que garantiza las prácticas agronómicas adoptadas para proteger el medio ambiente. Las líneas que componen la gama de Umberto Cesari son Red Collection y White Collection, a las que se suman un passito y dos rosados. Solo se incluirá en la Colección Roja.
