La posible renuncia de Gabriele Del Torchio, las denuncias de Adusbef y un grupo de periodistas, el poder judicial investigando la hipótesis de la contabilidad falsa, Consob buscando documentos y la Guardia di Finanza que está desordenando los cajones de la oficina ciertamente no son las "nubes momentáneas". " del Sole 24 Ore sobre el que escribió Luigi Zingales en el diario del domingo pasado. Allá tormenta judicial que se prevé largo y devastador, se entrelaza con cuentas en rojo, deuda masiva y las previsibles protestas que seguirán a la impostergable reestructuración (despido) de una plantilla pletórica, costosa y privilegiada, que supera el millar de unidades.
Los eventos en cadena que se superponen desde hace unas semanas parecen tener que apurar a los nuevos administradores y sus Presidente Giorgio Fossa, operativa y legitimada en poderes en la Asamblea del 14 de noviembre. Estoy convencida de que no caerán en la trampa de tener “gatitos ciegos”. Por otro lado, Fossa sabe dar lo mejor de sí en situaciones difíciles y complejas.
Bastaría recordar su gestión de SEA en los años del alcalde Albertini y el equilibrio y transparencia que supo dar a la empresa aeroportuaria tanto como para liberarla de cualquier comunicación de garantía o responsabilidad tras el siniestro del 8 de octubre de 2001. en Linate con sus 118 muertos. El mérito del empresario puesto al frente de los aeropuertos lombardos fue el del impetuoso relanzamiento de Orio al Serio.
Pero vayamos al nuevo paciente. Si pudiéramos sugerir algunos pasos al presidente, el primero sería escapar del abrazo de las multinacionales de las revisiones, cuentas y controles y establecer una "due diligence" rápida y decidida encomendándola a oficinas profesionales las cuales están encabezadas por hombres de probada capacidad y equilibrio, con el compromiso de celeridad para no dejar que las acciones de responsabilidad frente a terceros caigan en la longitud procesal.
Mientras se giran las cuentas Giorgio Fossa deberá con la misma decisión asumir la dirección y redacción del diario para restaurar a la hoja amarilla su papel como espejo y voz de las empresas italianas como lo ha sido, desde Mario Deaglio en adelante, durante muchas décadas. Hay que pensar en personas profesionales pero también capaces de poner en juego su propia historia y profesionalidad.
Quizá hasta en este caso los headhunters deban quedar en lista de espera porque hombres y plumas de este tipo operan en el mundo de la información económica y las relaciones que Giorgio Fossa ha establecido a lo largo del tiempo con la clase dirigente del país le ayudarán mucho a desatarse. el nudo de la dirección del periódico.
Más fácil (pero no más simple) será hacer frente a la carga de los servicios de consultoría, colaboración, periodísticos y logísticos que llevan demasiados años alternando en el pesebre del periódico, muchas veces en silencio o con cobertura corporativa, pero con "rendimientos" de lectores y cuentas muy lejos de la onerosidad de los contratos y las generosas prebendas.
Sin la simultaneidad entre decisiones financieras y editoriales-periodísticas, será posible tapar algunos vacíos con capitalización y forzar las reglas de la sociedad cotizada pero no seguirá automáticamente la reorganización y relanzamiento de la publicación: la que ha marcado el proceso de cambio con su camino de la sociedad italiana y su entrada en el número limitado de democracias económicas.