Un verdadero colapso, el del macrosistema italiano Legno Arredo, que en quinquenio 2007-2012 perdió 39% en términos de valor, viendo caer el consumo de 33,8 a 20,6 millones de euros, principalmente por la caída del 17,6% de las compras en el mercado nacional, según datos comunicados en la rueda de prensa de FederlegnoArredo, que movía los hilos del último año.
Otro sector diezmado por la crisis, por tanto, y puesto de rodillas por la caída de la renta real de los hogares, con la consiguiente caída del consumo, tema en el que se centró el presidente de FederlegnoArredo Roberto Snaidero: “La gente ya no consume: los impuestos oprimen, los jóvenes no pueden acceder al crédito. En el exterior, en cambio, los bancos les ayudan a acceder a hipotecas, favoreciendo así la vuelta a la compra de muebles. Es importante entender que si la construcción no avanza, el crecimiento no puede volver y en este momento hay miles de departamentos sin vender”.
La caída de las importaciones de productos del exterior es, pues, otro testimonio de una crisis generalizada del sector, en el que la única nota positiva, en 2012, viene de las exportaciones que mantienen el ritmoa pesar de que la desaceleración en los mercados de la UE corre el riesgo de comprometer el crecimiento del 10% en las ventas fuera de la UE.
Las cifras de facturación son espectaculares, pasando de 42,5 millones en 2007 a 28,5 en 2012 (-33%). En este período han cerrado más de diez mil empresas, para un total de 51.651 empleados. Casi una cuarta parte de estas empresas, 2.400 de los 8.200 puestos de trabajo perdidos, cerraron en 2012.
Las previsiones para 2013 también son sombrías, con el riesgo de un mayor deterioro del mercado interno, a lo que se podría sumar una ralentización de la demanda mundial. Para Snaidero, es necesario relanzar el consumo: "La propuesta de FederlegnoArredo, presentada al Ministerio de Desarrollo Económico, es incluir el mobiliario entre las obras susceptibles de la deducción del 50%, ya previstas para renovaciones de edificios". Una medida en este sentido, según el presidente de FederlegnoArredo, supondría un aumento del 20% en el consumo nacional, devolviendo "algo de oxígeno a las empresas después de 5 años muy duros".
