¿Sky está en medio de una crisis estructural o se trata solo de ajustes de mercado relacionados con los productos audiovisuales? “El contenido es el rey” y el fútbol en televisión es su reino y Bill Gates fue un profeta para imaginar que la guerra por la supremacía del mercado audiovisual pasa por el control de los contenidos. El corolario de la cita se puede resumir en “la televisión es lo que ves a través de la televisión” y si ésta no ofrece lo que pide el público, el mando a distancia se convierte en la varita mágica capaz de cambiar mágicamente las cartas de la mesa.
Es dentro de este marco que se puede leer parte del posible crisis de Sky Italia, quizás demasiado pronto para ser certificado en términos estructurales. El único punto fijo capaz de permitir valoraciones ponderadas sobre esta crisis es el presupuesto de 2020 donde leemos una pérdida de más de 650 millones de euros, cubiertos inmediatamente por la matriz estadounidense Comcast y, conjuntamente, una disminución de los ingresos por suscripciones que van de unos 2,5, 2019 mil millones en 2,3 a aproximadamente 170 mil millones el año pasado con la consecuente contracción en la publicidad que se reduce en aproximadamente XNUMX millones en comparación con el período anterior.
Si, por el contrario, pasamos al análisis de los datos de audiencias y audiencias televisivas, el razonamiento se vuelve más complejo y quizás menos relevante de lo que aparece en la prensa. Según lo revelado por Studio Frasi que consultamos, en base a datos de Auditel (período de referencia 1 enero - 22 septiembre 2021 cf. mismo período 2020 sobre total de individuos en el día promedio 24H) se destaca una situación más compleja. En el intervalo señalado, todas las cadenas perdieron espectadores: la audiencia televisiva pasó de 10,8 millones a unos 10 (en concreto, Rai pasó de 3,8 a 3,6 millones, Mediaset de 3,4 a 3,1 millones y Sky (de pago + gratis) de 0,69 a 0,59 millones Este es un número relativamente modesto (unos 92 menos) y si luego miramos los datos de número de personas (mayores de 4 años) que en los últimos siete meses (31 de enero – 1 de agosto) vieron a Sky pasar de 9,9 a 9,1 millones de espectadores Teniendo en cuenta las vacaciones de verano en el medio, estos números no parecen ser significativos.
En cuanto a la supuesta crisis de Sky en particular, hay que añadir una observación quizás trivial pero fundamental: en Italia y en el resto del mundo se produjo la pandemia del Covid que podría haber cambiado radicalmente las cartas sobre la mesa del mercado audiovisual. . Ha habido largos meses durante los cuales un gran número de audiencias televisivas estaban pegadas a los boletines de salud de la guerra mientras todo el mundo del entretenimiento, no solo los deportes, estaba necesariamente y con razón parado. Fue precisamente durante los peores meses de la pandemia que finalizó la licitación para la cesión de los derechos de transmisión de las imágenes de la Serie A, que luego pasó a manos de DAZN. Por lo tanto, se cruzan dos niveles de evaluación: el primero se refiere a las lógicas y elecciones del mercado y, en este sentido, es legítimo preguntarse porque Sky ha desistido de relanzar la última oferta de DAZN (que se adjudicó la subasta por unos 2,5 millones de euros con la participación de TIM para el trienio 2021-24). La segunda es puramente accidental: ¿cuánto pudo haber influido la pandemia en la situación actual? Las posibles respuestas están destinadas a permanecer desconocidas, al menos hasta que el mercado se haya estabilizado parcialmente. El juego todavía está en curso y luego se cruza fatalmente con una segunda parte del razonamiento que estamos proponiendo ahora.
Como se sabe, DAZN inmediatamente se encontró con numerosos problemas desde la difusión de los primeros juegos debido esencialmente al cuello de botella que se producía cuando, al mismo tiempo, una gran cantidad de usuarios se conectaban a la red. La Autoridad de Garantía de las Telecomunicaciones ha querido ver con claridad y ha abierto una investigación para valorar si se han producido infracciones respecto a los perjuicios sufridos por los usuarios. En este sentido, se ha adelantado la hipótesis de que podría ser posible que la editorial inglesa Blavatnik pudiera o debiera ceder parte de los derechos de la Serie A a Sky. En este caso, la imagen podría cambiar aún más e las cuentas sobre la crisis de Sky solo deben posponerse a una nueva fase aún por verificar.
Todo esto, sin embargo, nos remite a un axioma conocido y consolidado desde hace tiempo: el binomio contenido y contenedor, es decir, tecnología y contenido son inseparables. Puede tener las plataformas de distribución más eficientes y generalizadas, pero si no tiene un contenido adecuado y atractivo para difundir, el mercado lo penaliza. Y Sky, en cuanto a los métodos de difusión de productos televisivos en el frente tecnológico, siempre ha mostrado un excelente desempeño en las tres plataformas de referencia: primero satélite y luego digital terrestre y finalmente banda ancha. De lo que, por otro lado, DAZN no puede presumir, su competidor directo en el fútbol que, al menos de momento, lo apuesta todo en la Web con TIM como socio principal.
Solo para darte una idea: Reed Hastings, dueño de Netflix, que sabe de tecnologías y redes de difusión televisiva con su formidable y altamente eficiente CDN (Content Delibery Network) ha anunciado recientemente la compra de la biblioteca de Roald Dahl para intentar hacer frente a la agresividad de Disney+ cada vez más marcada. La competencia sobre tecnologías, sobre contenidos audiovisuales, sigue siendo global y total.