“Recuperaremos Siria de los terroristas”. Pocas horas después de la entrada en vigor de la tregua, el presidente sirio, Bashar al-Assad, vuelve a aparecer en público. Para ello elige una mezquita en Daraya, a las puertas de Damasco, arrebatada a los rebeldes tras un año de asedio. “El estado sirio -aseguró- está decidido a recuperar cada área de los terroristas, las Fuerzas Armadas continúan su trabajo, sin descanso y sin vacilación, independientemente de las circunstancias internas o externas. Después de cinco años, algunos aún no han despertado de sus fantasías. Algunos han apostado a las promesas de potencias extranjeras que resultarán en nada”.
La esperanza de paz en Siria comenzó al anochecer de este lunes, cuando se disparó el alto el fuego entre las facciones militares acordado por Washington y Moscú. El anuncio de la tregua recibió una silo reacción oficial del islamista Ahrar al-Sham del lado de los grupos rebeldes, que la rechazaron, pero en las últimas horas el propio régimen sirio no ha tenido escrúpulos en bombardear diversas zonas de Alepo y provocar la muerte de 6 civiles. Hubo más bombardeos el sábado y 62 muertos solo en Idlib.
Bashar al Assad había anunciado en los últimos días que había aprobado el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Rusia, y el domingo llegó el visto bueno de Irán, siempre que la interrupción de las hostilidades "no sea aprovechada por terroristas". El alto el fuego permitirá la llegada de ayuda, como primer paso hacia una transición política también a través de una colaboración militar sobre el terreno entre Rusia y Estados Unidos. El acuerdo es un punto de inflexión después de cinco años de guerra civil.
