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Sindicatos: Landini propone la unidad, pero ¿es posible?

El secretario general de la CGIL ha propuesto a la CISL ya la UIL relanzar la unidad sindical, creyendo que las perjudiciales políticas antiunitarias hace tiempo que desaparecieron. Pero para llegar a la unidad habría que clarificar las bases, partiendo de las políticas contractuales y de las de empleo y bienestar y de una relación autónoma pero constructiva con el gobierno de Draghi - Finalmente, las reglas actuales sobre representatividad y libertad sindical deberían ser cambió

Sindicatos: Landini propone la unidad, pero ¿es posible?

Maurizio Landini indicó en una entrevista el objetivo de un posible reconstrucción de la unidad sindical. El pluralismo sindical de hoy habría nacido por razones políticas después de la guerra, pero hoy el secretario de la CGIL ni siquiera ve una razón para pertenecer a un partido que motive la existencia de diferentes organizaciones. En verdad, incluso antes del fascismo no solo existía la CGL, pero estaban presentes los sindicatos blancos (el Cil), la anarcosocialista USE y la igualmente revolucionaria UIdL inspirada en Alceste De Ambris.

Dicho esto, esta propuesta podría ser una hoy para el titular de la CGIL. intuición estratégica feliz siempre que se aborden algunas cuestiones fundamentales. Es cierto que en el estado no se vislumbran elementos divisorios relevantes, al menos entre la CGIL, CISL y UIL. La actitud sustancial común de las tres grandes organizaciones al hacer frente a las consecuencias de los recientes acontecimientos pandémicos sugeriría que existe una amplia visión común, por lo que sería fácil sacar las consecuencias.

Quizá no sea así, pero para comprender mejor el estado de las cosas, se necesitaría una visión más clara. comparación de las tres organizaciones sobre políticas contractuales, sobre las políticas de laocupación y en el bienestar de tu ave. Así como será necesario, en la implementación del PNRR para la recuperación y desarrollo del país, un acercamiento constructivo de las fuerzas sociales con el gobierno de Mario Draghi.

Además, en los momentos más difíciles de nuestro país, el gremio, a partir del caluroso otoño, nunca ha dejado de ser protagonista, asumiendo muchas responsabilidades pero siempre evitando volverse irrelevante.

También es cierto que la unidad orgánica pronto encontraría otro obstáculo evidente que preocupa hoy la dificultad (trivialmente llamados "sillones") para redefinir la estructura del equipo en la nueva organización unitaria, de secretarios a funcionarios. Debemos pensar que los niveles organizativos entre categorías y estructuras territoriales en el estado estarían bastante por encima del centenar para cada una de las tres confederaciones.

Al mismo tiempo cabe recordar que el proyecto unitario de los metalúrgicos en los años 70 había puesto en marcha un sólido acuerdo transitorio conjunto entre Fim, Fiom y Uilm con vistas a la unidad orgánica. A decir verdad, este proyecto se detuvo no por dificultades organizativas sino por falta de condiciones políticas.

Sin embargo, sin comprometer las perspectivas futuras de la unidad orgánica, hay un modelo que se puede lograr en poco tiempo: el de construir una sólida "unidad de reglas" que va más allá de la CGIL, CISL y UIL, involucra a todo el mundo del trabajo y, en cualquier caso, va en la dirección deseada por Landini. Necesitamos partir de uno de los temas más discutidos: el de representación y la medición de la representatividad, que también permitiría circunscribir el fenómeno de los contratos "piratas".

Es decir, hay que dar aplicación del artículo 39 de la Constitución, que probablemente sólo será aplicable si sólo se mantiene vivo el primer párrafo ("La organización sindical es libre") y se asigna a los interlocutores sociales contratantes la definición del ámbito de aplicación de los contratos, ya sean convenios colectivos nacionales (como como los actuales contratos de categoría) o contratos de empresa (por ejemplo del tipo FCA). Serán entonces los trabajadores los que elijan a los delegados, los que coincidan con la actual RSU y quienes, como "grandes votantes", la ratifiquen.

seria igual de consistente la modificación del artículo 19 de la Ley 300 como lo propone el profesor Maurizio Ballistreri, permitir que todos los sindicatos (y no sólo los firmantes del contrato) participen libremente en la elección de los delegados, tal como lo prevé la ley de empleo público. Esto eliminaría el malentendido que genera la combinación de disposiciones del artículo 39 entre los acuerdos comerciales nacionales, generado por las normas societarias preexistentes y la afirmación de que la organización sindical es libre, que son dos conceptos antitéticos que se niegan mutuamente. Por el contrario, la verificación transparente de la representatividad y la libertad sindical son dos caras de la misma moneda.

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