¡Y ahora nos divertimos! Como era de esperar, el mundial nos regala las semifinales más bonitas, las mejores posibles a la luz del marcador. A Brasil y Alemania, que competirán el próximo martes en Belo Horizonte, se han sumado Holanda y Argentina, cuyo partido se disputará el miércoles en Sao Paulo. Los favoritos pasaron, pero no fue un paseo por el parque, al contrario... Bélgica y, sobre todo, Costa Rica jugaron hasta el final, demostrando que su camino hacia los aplausos no fue casual. El aplauso va especialmente para los ticos, capaces de arrastrar a Holanda hasta la tanda de penaltis, donde sólo la habilidad de Krul (y la genialidad de Van Gaal) les obligaron a levantar la bandera blanca. Menos ficticio es el cuarto de Brasilia, donde Argentina confirmó que no juega al champán en absoluto, pero también que tiene jugadores del más alto nivel en su plantel. Y si, por una vez, Messi se comportó como un simple mortal, Higuaín se encargó de solucionarlo quitando las castañas del fuego a Alejandro Sabella, el otro favorito obligado de este mundial junto a Brasil, el patrón. Todo sucedió a los 8 minutos, cuando el Pipita transformó en oro un balón sucio de Di María al perforar con un derechazo imparable al inocente Courtois. Bélgica, rica en talento y físico pero también inexperta, sufre la presión de un partido muy importante y la Albiceleste tiene más de una oportunidad de doblete. Los más sensacionales suceden en los pies de Higuaín (larguero con el portero golpeado) y Messi (frenado de milagro por Courtois), pero no todo son rosas y flores. Al final de la primera parte, Di María se detuvo con un problema muscular que, con toda probabilidad, lo obligará a perderse la semifinal y, quizás, incluso la final. Y luego Bélgica, también gracias a las sustituciones de Wilmots (algún día entenderemos por qué Mertens y Lukaku se quedaron en el banquillo una buena hora), casi empató con Fellaini (por encima de la cabeza) y Wilmots (disparo desde la frontal). 'área).
Al final, sin embargo, Argentina puede alegrarse: ¡después de 24 años es semifinal otra vez! Sin embargo, el camino a la final del Maracaná está lejos de estar despejado, ya que la noche del miércoles la Selección enfrentará a Holanda. El equipo de Van Gaal es similar, con poca maniobra coral pero con algunos solistas (sobre todo Robben, pero también Sneijder creciendo de juego en juego) capaces de marcar la diferencia de un momento a otro. Todo lo contrario de Costa Rica, que en cambio hace organización táctica y sacrifica sus mejores armas. Sin embargo, los ticos, erróneamente presentados por todos como la víctima del sacrificio, regalan otro juego casi perfecto, rozando una semifinal que habría obligado a los historiadores del fútbol a reescribir más de un manual. También está la suerte ayudando a los chicos de Pinto, pero eso, como sabemos, solo ayuda a los valientes. Y entonces no será casualidad que los centroamericanos hayan encajado sólo dos goles en cinco partidos (dos de los cuales duraron más de 120'). Y cuando el palo salva tres veces el gol de Keilor Navas (dos de Sneijder y uno de Van Persie), muchos piensan que el dios del fútbol tiene una buena broma guardada. Pero lo dicho no contó con Louis Van Gaal, el genio absoluto del banquillo naranja, que inventa el cambio para el Mundial en el minuto 120: sale el portero titular Cilessen y entra Krul por el suplente. La jugada funcionó porque el número 12 de Holanda salvó dos penaltis de Ruiz y Umaña y llevó así a su equipo a semifinales. Serán dos retos bonitos, imposibles de predecir. Por supuesto, Brasil echará de menos a Thiago Silva (sancionado) y Neymar (finalizado el mundial), pero el cansancio y la presión pesarán en las piernas de todos, sin excepción. En resumen, el equilibrio reina como nunca antes. Digno fase final de la "Copa del Mundo".