Los sindicatos Faib, Fegica y Figisc/Anisa convocaron una huelga del 3 al 5 de agosto, durante todo el fin de semana, en toda la red de autopistas y en las carreteras nacionales en todas las gasolineras.
En esencia, los sindicatos acusan a la industria petrolera de llevar a los gerentes a la quiebra y de ser responsable del despido de 120.000 personas. Todo mientras el gobierno de Monti "presencia en silencio la violación de la ley en ausencia de intervenciones oportunas".
La protesta comenzará mañana con una campaña de información y concienciación para ciudadanos y automovilistas. Los convenios colectivos sobre el techo del precio máximo de reventa de los carburantes quedarán suspendidos el lunes 23 de julio, y desde el lunes 30 de julio hasta el domingo 5 de agosto la suspensión de los pagos por repostaje con tarjeta de crédito, débito y tarjetas bancarias.
