Del flop a la subida al éxito. Saxa Gres, especializada en cerámica, busca capital para financiar el crecimiento. Por ello, la compañía del Lacio ha emitido un bono cotizado en el mercado de Viena –el SaxaGres7%2013– por valor de 75 millones de euros destinado a inversores profesionales.
Saxa Gres nació de la intuición de Francesco Borgomeo -presidente de la sociedad anónima- de recuperar la fábrica en desuso de Marazzi Sud y reinventarla en clave sostenible y con proyección internacional. Además, con un convenio que duró cuatro años, todos los trabajadores -casi 100- mantuvieron sus puestos de trabajo. Para la producción de cerámica (incluidos los "infames" adoquines bien conocidos por los romanos) se requieren hornos muy sofisticados que arden a temperaturas muy altas: por eso Saxa Gres también intervino en la adquisición de la planta de Ideal Standard en Roccasecca, con una acuerdo firmado por la empresa, el Ministerio de Desarrollo Económico, la Región del Lazio e Invitalia, por una inversión total de 29,5 millones.
El bono de nueva emisión contempla un cupón semestral del 7% (del 30 de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2023), un importante paquete de seguridad para los inversores (prenda sobre acciones, patentes, hipoteca sobre la cantera de Fenretino y sobre las minas de Anagni y plantas de Roccasecca, etc.) y las siguientes finalidades: transformación de la financiación inversora para reiniciar la planta de Anagni, financiación de la reconversión de Roccasecca, finalización de la compra de la industria cerámica de Tagina y financiación del capital necesario para la reactivación de la empresa.
El proyecto se enmarca en la economía circular, fiel a la filosofía según la cual los residuos, en este caso los procedentes de la planta de valorización energética de San Vittore cerca de Frosinone, donde tiene su sede la empresa, deben reutilizarse como recursos. El préstamo de bonos de emisión directa se denominó “Bono Grestone”, en homenaje al material producido por la empresa, el grestone: una nueva piedra más económica y con mejores prestaciones compuesta por una mezcla de gres porcelánico que incluye hasta un 30% de materiales procedentes de residuos urbanos y que en su gráfica, formas y colores es capaz de reproducir piedras naturales.
La empresa también lanzó un plan industrial para el cuatrienio 2018-2022: en los tres primeros meses de 2018 logró unos ingresos de 5,4 millones y recibió pedidos para todo el próximo año, estimando un crecimiento del 10% hasta 2022 y superando los 30 millones de facturación anual. Los ingresos de la fábrica de Roccasecca, por su parte, pasarán de los 40 millones previstos para 2019 a los 90 millones para cada año de 2020 a 2022.
La compañía basa su negocio en un enfoque b2b y cuenta con una red nacional e internacional de inversores y clientes. La otra frontera de grestone es la administración pública la que se ve en la necesidad de pavimentar y mantener sus propias carreteras. El mecanismo de Contratación pública verde otorga una ventaja en las licitaciones públicas precisamente a las empresas que producen materiales a través de políticas verdes y la reutilización de residuos.
Pero, ¿qué sucede si este modelo de negocio innovador y verde se opone a la elección de la administración Raggi de un referéndum para la eliminación del adoquín de la superficie de la carretera debido a los altos costos? Es noticia reciente que si por un lado la junta -con un tuit confiado al perfil oficial del alcalde- propone la retirada de los adoquines de las calzadas romanas con mucho tráfico, la concejala de obras públicas Margherita Gatta ha abierto en cambio algunos aberturas para su mantenimiento, en algunas calles donde se consideren más característicos. Pronto veremos en qué dirección irá el Municipio de Roma.
