Europa está observando y preparando contraataques tras la votación de una amplia mayoría bipartidista en el Congreso de EE. UU. que impone nuevas sanciones a Rusia, pero también a Irán y Corea del Norte. El presidente Donald Trump ha dicho que firmará la disposición que en todo caso le vincula en su libertad de maniobra en las relaciones con el Kremlin al que el parlamento estadounidense quiere sancionar tanto por intromisión ilegítima en las elecciones presidenciales estadounidenses como por la anexión de Crimea.
La reacción de Moscú no se hizo esperar: Vladimir Putin anunció la expulsión de 755 diplomáticos estadounidenses de Rusia en represalia por las sanciones contra Moscú aprobadas por el Congreso estadounidense. El anuncio del presidente ruso confirma la mano dura de Moscú y se produce a pesar de que la disposición aún no ha entrado en vigor. El texto del proyecto de ley está, de hecho, sobre la mesa del presidente Donald Trump quien, a pesar de haberse comprometido a firmarlo, aún no lo ha hecho. “Claramente dijo que lo hará”, señala el vicepresidente Mike Pence, atenuando las críticas.
Europa espera la reanudación de la "guerra fría" entre los dos bloques estadounidense y ruso porque ve en peligro el desarrollo de los proyectos iniciados con Moscú en el campo energético, que corren el riesgo de penalizar a las empresas europeas, incluida ENI.
¿Cuáles son los proyectos? Ocho proyectos energéticos en marcha en Europa podrían verse afectados por la última versión de las sanciones que prepara Estados Unidos contra Rusia. La lista, que está siendo considerada por la Unión Europea, incluiría:
– Gas natural licuado del Báltico (Shell y Gazprom);
– Corriente Azul (Eni y Gazprom);
– Pipeline Cpc (Shell, Eni y Rosneft);
– Nord Stream1 y Nord Stream2;
– expansión de Shakhalin2 (Shell y Gazprom);
– Oleoducto Shah Deniz y Cáucaso Sur (BP y Lukoil);
– Zhor (Bp, Eni y Rosneft).
Particularmente importante para Eni es el proyecto Zohr: el enorme campo de gas descubierto por el grupo italiano en Egipto y lanzado a gran velocidad hacia la producción.
Con unas declaraciones realizadas el sábado pasado, el secretario de Estado Rex Tillerson ha tratado de mitigar las preocupaciones planteadas por el presidente de la Comisión de la UE, Jean Claude Juncker, pero también por el gobierno de París, que ha definido el proyecto de ley estadounidense como "ilegal", así como por el canciller alemán Sigmar Gabriel quien advirtió: “De ninguna manera aceptará Berlín una aplicación extraterritorial de sanciones estadounidenses contra empresas europeas”. Por ahora, Estados Unidos responde que "trabajarán junto con aliados y amigos para garantizar que Rusia, Irán y Corea del Norte entiendan claramente el mensaje". Pero el rompecabezas permanece.
