sur salario mínimo, la España muestra el camino a los primos franceses. A diferencia del presidente Emmanuel Macron – obligado a pagar un aumento de 100 euros por las protestas de los chalecos amarillos-, el gobierno de Madrid ha optado de forma autónoma por poner más dinero en los bolsillos de los trabajadores peor pagados.
El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, confirmó que el próximo año el salario mínimo subirá un 22%, de 735 euros a 900 euros. El incremento “será el más grande desde 1977”, dijo Sánchez en el Parlamento, precisando que la medida será aprobada oficialmente durante la próxima reunión del Consejo de Ministros, en la agenda del 21 de diciembre en Barcelona.
Así comienza a convertirse en realidad el acuerdo firmado el pasado mes de octubre entre los socialistas españoles y Podemos, la formación de izquierda nacida tras las protestas de los Indignados. El acuerdo también incluye una subida del 1% en el impuesto sobre los bienes que superen los 10 millones de euros, un aumento del presupuesto destinado a vivienda social, mayor protección a los inquilinos y regulación de los precios de alquiler en zonas económicamente deprimidas.
También se prevén permisos parentales iguales para hombres y mujeres (ocho semanas) y una reducción de las tasas universitarias.
Según el diario El Españañol, es la maniobra más izquierdista de la historia española.
