Hoy se ha presentado el paquete de sanciones económicas previsto por la Unión Europea contra Rusia. Prohibición de la compra de acciones y bonos emitidos por bancos estatales rusos, embargo de armas, cese de la venta de tecnología de 'doble uso' con fines militares y para proyectos petroleros específicos, inclusión de cuatro oligarcas entre los "amigos" de Putin en la lista negra de individuos sanciones económicas, incluida la congelación de cuentas.
A éstas hay que sumar las provisiones del exterior. Las sanciones americanas, además de contar con fuertes medidas en los sectores energético y armamentístico, también intervienen a nivel financiero-individual. De hecho, los ciudadanos estadounidenses no podrán realizar ninguna transacción financiera con los tres bancos estatales rusos Bank of Moscow, Russian Agricultural Bank, VTB Bank.
Barack Obama quiere dejar claro que estas medidas no significan el comienzo de una nueva guerra fría, sino exclusivamente un incentivo para que Rusia tome la decisión correcta y alivie las tensiones en suelo ucraniano. Así se hacen eco los presidentes del Consejo y de la Comisión de la UE, Herman Van Rompuy y José Manuel Barroso, que recuerdan que se trata de "fuertes medidas de alerta, una señal fuerte y unitaria para que Moscú cumpla sus compromisos".
Evidentemente el eje EE.UU.-UE contra Putin y su política en Ucrania tuvo un fuerte fortalecimiento tras el desastre del MH17 donde la muerte de 200 holandeses llevó a los representantes holandeses en Bruselas a intensificar sus pedidos de respuestas claras por parte de la Unión.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha anunciado que todavía hay 151 personas retenidas como rehenes por milicianos prorrusos. Además, en la zona de Donetsk, la misma zona donde se estrelló el avión de Malasia, continúan los enfrentamientos, que hasta la fecha se han cobrado otras 17 víctimas, entre ellas dos niños.
