Semana calurosa para el gobierno Gentiloni que, tras el referéndum sobre la autonomía regional en Véneto y Lombardía, tiene que hacer frente por partida doble a la ley electoral en el Senado y al muy controvertido nombramiento del gobernador del Banco de Italia.
Sobre el Rosatellum, la nueva ley electoral un poco más mayoritaria que el Consultellum y apoyada por Pd, Forza Italia, Lega y Ap, reinicia su andadura en el Senado y el primer ministro Paolo Gentiloni debe decidir si recurre o no a un voto de confianza . El secretario del Partido Demócrata, Matteo Renzi, dijo ayer que es impensable enmendarlo (como quisiera el presidente emérito Giorgio Napolitano y sobre todo Mdp, que pone la modificación del texto como condición para retomar el diálogo con el Partido Demócrata) porque esto Supondría volver a la Cámara y cuestionar su aprobación definitiva.
El martes, la ley electoral aterriza en la sala del Palacio Madama, después de que los cuatro partidos que la apoyan la hayan blindado en la Comisión de Asuntos Constitucionales provocando protestas del Mdp y la Izquierda italiana que han abandonado las obras.
Pero no menos difícil para Gentiloni es la designación del gobernador del Banco de Italia tras el bombardeo abierto por el Partido Demócrata contra la confirmación de Ignazio Visco, que vence el 31 de octubre y que en cambio cuenta con el apoyo del presidente de la República, Sergio Mattarella. Gentiloni está entre dos fuegos y los juegos están más abiertos que nunca.
