Más de 200 personas volvieron a manifestarse anoche en Bucarest y otras ciudades de Rumanía para protestar contra el gobierno de Sorin Grindeanu, acusado de introducir medidas que frustran la lucha contra la corrupción rampante en el país. El pueblo exige la renuncia del Ejecutivo.
Sólo en la capital, Bucarest, más de cien mil salieron a las calles y los observadores hablan de las manifestaciones populares más masivas desde las que en diciembre de 1989 llevaron a la caída del régimen comunista de Nicolae Ceausescu.
En Bucarest, según medios locales, se produjeron esporádicos enfrentamientos y rifirrafes entre manifestantes y la policía con al menos cinco heridos y unas sesenta detenciones.
La protesta popular se desencadenó hace dos días con el lanzamiento por parte del Gobierno de un decreto de urgencia que despenaliza el abuso de poder y otros delitos de corrupción cuyo perjuicio cuantificado no supere una determinada cuantía.
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