Más claro que esto no podría ser el mensaje de que la audiencia de Scala, que intervino ayer en el estreno del Teatro milanés, se dirigió al El presidente italiano, Sergio Mattarella, uno de los inquilinos del Quirinale más queridos por los italianos. A ovación de pie de cinco minutos ininterrumpidamente acompañado del coro "Bis, bis, bis", que expresaba las ganas del público de ver a Mattarella todavía en el Quirinale después del final del primer período de siete años, que vence a principios de febrero de 2022.
Mattarella ha expresado reiteradamente su fuerte intención de irse, considerando su presidencia terminada, pero nunca se sabe. Giorgio Napolitano también había decidido abandonar la escena, pero, ante la incapacidad de las fuerzas políticas para llegar a un acuerdo sobre su sucesor en el Quirinale, se convenció de quedarse.
¿Le pasará también a Mattarella que tiene que hacer un bis? Es difícil de imaginar. El Presidente considera patológica la prolongación del mandato presidencial y en varias ocasiones ha manifestado su intención de marcharse. Pero en política nunca se puede decir nunca y el mensaje de La Scala sube con mucha fuerza al Quirinale.