El alcalde de Roma es una persona afable y elegante, pero no es precisamente un rayo de guerra. Nunca lo fue, ni siquiera cuando era Ministro de Economía. Pero tuvo una feliz idea que es atacar de una vez por todas a losbasura de emergencia de la Capital, mucho peor durante la gestión de la inconsistente intendente grillina Virginia Raggi, y llegar a la raíz de los problemas. ¿Como? "Haciendo -dice el alcalde con su habitual aplomo- una cosa muy normal, que se hace en todas las ciudades de Italia y de Europa, es decir, construyendo el incinerador“. Una jugada muy progresista que desató naturalmente todos los populismos e inicialmente las perplejidades, luego superadas, del nuevo secretario del Partido Demócrata, elly schlein. Pero Gualtieri ha entendido muy bien que la planta de valorización energética es el buque insignia de su sindicato y no tiene intención de rendirse. Te guste o no. También le consuela el reciente pronunciamiento de la Cámara de Diputados que "rechazó casi por unanimidad" una moción contra la planta de conversión de residuos en energía presentada por el Cinco Estrellas y rechazada también por el Partido Demócrata. "No era una moción vinculante -explica Gualtieri- pero de todos modos hubiera seguido adelante". Bien hecho alcalde, siga así. Los romanos le estarán agradecidos.