Las medallas olímpicas traen a quienes las ganan la gloria, la fama y la alegría del logro supremo de su trabajo como atleta. Según el país de origen del deportista, también pueden suponer un aumento más que moderado de la cuenta bancaria. Algunos países, de hecho, pagan la victoria olímpica con premios muy altos, otros con salarios de veinte años garantizados a los ganadores, y otros, como Gran Bretaña, Noruega y Suecia, no pagan ni un solo euro de premios.
Italia es uno de los países más generosos con sus deportistas: una medalla de oro vale 150 euros (antes de impuestos) de Coni, una de plata vale 75, mientras que la de bronce se queda en 50. Mucho más que los 50 mil por oro ofrecidos por Francia y los 20 mil pagados por Alemania.
En lo más alto de la clasificación se encuentran varios países asiáticos, como Tailandia y Malasia, que garantizan a sus medallistas más de 500 euros a lo largo de veinte años (y en fichas de oro). O como Singapur, que ofrece un premio de 740 dólares por una pieza de oro. Una motivación adicional que no parece servir de mucho, dado que, de momento, ningún atleta singapurense ha subido al escalón más alto del podio.
También ofrecen premios muy ricos Taiwán (640 mil dólares por el oro, 223 mil por la medalla de plata y 160 mil por el bronce), Azerbaiyán (250 mil por el oro, 124 mil y 62 mil por la plata y el bronce) y Filipinas (215 mil mil dólares por el oro, 107 por la plata y 43 por el bronce), mientras que China paga "sólo" 25 euros por una medalla de oro, pero colma al deportista y su familia de regalos y beneficios como apartamentos o coches.
Canadá y Estados Unidos también ofrecen premios bajos: a partir de 25 euros, que se gravan como ingresos recibidos en el extranjero, según los ingresos del atleta. En cualquier caso, para ganar dinero, los deportistas de hoy siempre pueden contar con patrocinadores y una victoria olímpica, desde ese punto de vista, puede multiplicar exponencialmente su valor.
