Hay 513.449 enmiendas al texto de reforma constitucional de igual bicameralismo: esta inmensa cantidad de modificaciones propuestas llevó a la secretaria general del Senado, Elisabetta Serafin, a reunir a todos los funcionarios de Palazzo Madama. Así que se inició un grupo de trabajo para catalogar todas las enmiendas por computadora y llegar preparado a finales de la primera semana de septiembre.
La novedad, que podría cambiar la práctica actual en el Parlamento, radica precisamente en este proceso de digitalización de más de 500 enmiendas. Un trámite necesario, dado que la impresión podría costar casi un millón de euros, con un derroche de tinta y papel que enfervorizaría hasta a los ecologistas más pacíficos.
Una sola copia en papel de las enmiendas debería costar alrededor de 2.900 euros, según escribe hoy el Corriere della Sera. Este es un gasto necesario para imprimir 100 volúmenes, cada uno de 1.000 páginas, para un peso total de 2,5 toneladas. De acuerdo con las reglas del Senado, se debe imprimir una copia de las enmiendas para cada senador. Y aquí el coste ascendería a casi un millón de euros.
De ahí la idea de una necesaria revisión del gasto en los gastos de impresión de las enmiendas. Para ello deberíamos optar por la recogida electrónica de las enmiendas mientras que los pocos volúmenes que se imprimirán quedarán reservados a la comisión presidida por Anna Finocchiaro.
