Lo mal habido habrá que devolverlo: las confiscaciones serán más severas y se extenderán a los herederos. Para quienes acepten sobornos las penas serán más duras y el mínimo por corrupción pasará de 4 a 6 años. El estatuto de limitaciones también será más largo: por dos años.
Este es el meollo de la nueva normativa anticorrupción aprobada ayer por la noche por el Consejo de Ministros con la que el Gobierno quiere cambiar el ritmo y agudizar la lucha contra las irregularidades. “La nuestra -dijo el primer ministro Matteo Renzi- será una lucha sin tregua contra la corrupción y estamos dispuestos a depositar nuestra confianza en el Parlamento” para que las nuevas normas se conviertan en ley lo antes posible. Pero es fundamental, añadió, que "los juicios se hagan lo antes posible y que las sentencias lleguen lo antes posible" "porque si no hay una indignación momentánea pero luego no hay claridad sobre quiénes son los culpables".
Entre las medidas anticorrupción aprobadas por el Consejo de Ministros “el decomiso también afectará a los herederos. Si alguien ha hurtado y esto se comprueba, los herederos serán corresponsables en el sentido patrimonial del término”. “El ataque a los bienes, como en la lucha contra la mafia, es la verdadera piedra angular. Sustraer el botín -añadió Renzi- da más miedo que la detención y devuelve a la sociedad lo que se le quitó”.
Además, la pena mínima por corrupción pasará de 4 a 6 años y la máxima de 8 a 10 años y en consecuencia la prescripción se incrementará en dos años.
