“Votamos en 2018 como sea el referéndum”. Así lo afirmó el primer ministro, Matteo Renzi, ayer por la noche en el Caffè della Versiliana, poniendo en duda sus verdaderas intenciones en caso de victoria del No a la reforma constitucional. En los últimos meses, el primer ministro había reiterado varias veces que dimitirá como jefe de gobierno (pero no como secretario del Partido Demócrata) si los italianos rechazan los cambios en la Carta. La sentencia de ayer, por tanto, podría aludir a la posible creación de un nuevo Ejecutivo para completar el legislativo. Naturalmente, si resulta imposible encontrar una nueva mayoría en el Parlamento, el Jefe de Estado Sergio Mattarella deberá disolver las Cámaras.
En cuanto a la cumbre de hoy en Ventotene, “todos los italianos deben estar orgullosos de que, en un lugar que simboliza un gran ideal de Europa, la canciller Merkel y el presidente Hollande vendrán a relanzar la Unión Europea desde abajo”, añadió Renzi. Durante el encuentro se tratarán temas internacionales como la crisis migratoria y la lucha contra el terrorismo, pero es probable que el primer ministro también aproveche para presentar informalmente la nueva petición de flexibilidad que hará Italia a la UE en las cuentas de 2017.
El Premier admitió que “la economía no va muy bien, el mercado laboral se ha reiniciado. Espero llegar al uno, uno y dos del PIB a finales de año. Pero necesitamos reiniciar las inversiones: es una cuestión de confianza”. En cualquier caso, "la palabra austeridad en Europa sólo ha creado daños".
Renzi luego invitó al presidente de la Anpi a un debate público sobre el referéndum en el Día de la Unidad. Por último, la Premier lanzó una indirecta a Massimo D'Alema: "Le hubiera costado una décima parte del tiempo atacar a Berlusconi que antes me atacaba a mí...".
