"Solo en Italia las consideraciones provenientes de las instituciones europeas ocupan páginas enteras de periódicos mientras que otros países están mucho más acostumbrados a aceptar sugerencias y luego hacer lo que les parece sin crear un psicodrama nacional". El primer ministro lo dijo esta mañana. Matteo Renzi, hablando ante la Cámara antes de la cumbre europea prevista para la próxima semana en Bruselas.
En particular, según el Primer Ministro, "la discusión sobre comas que estamos teniendo en Italia en este momento" en relación con las cuentas públicas es significativa, "dado que Italia es el país con la senda de descenso del déficit más importante y, frente a otros países que siempre se citan como referentes de crecimiento, tiene un déficit inferior a la mitad. Una cosa es lograr tasas de crecimiento significativas con un 2,4% de déficit, otra cosa con un 5,1%: cualquier referencia a España es puramente intencional.
El único punto positivo “que he visto en los últimos meses –continuó Renzi– es haber arreglado la cita en Roma el 25 de marzo de 2017 como fecha final de un viaje sin precedentes: 60 años después de la firma de los Tratados constitutivos de las comunidades europeas, los 27 países se reunirán en la Ciudad Eterna e intentarán imaginar un futuro. Es una cita de gran importancia, puede ser un parteaguas crucial, decisivo. Mi propuesta es que los grupos parlamentarios, en las formas y autonomía que estimen oportunas, ayuden, como lo hizo el Parlamento de Estrasburgo, sin distinción, a trabajar juntos sobre la base de propuestas concretas y un ideal compartido”, a juicio de Roma.
En cuanto a la cuestión de migrantes, para el Premier “es fundamental que Italia sea promotora de una posición muy dura hacia aquellos países que han recibido muchos fondos y en esta fase se están desvinculando de los compromisos formalmente asumidos en materia de deslocalización. En este punto me gustaría que el mandato fuera lo más fuerte y amplio posible, no sólo el de la mayoría. El presupuesto de la UE tendrá que referirse a los que dicen no y sí a la deslocalización".
Renzi no perdonó un ataque general a la politicas de la union europea, cuya "respuesta a las crisis internacionales parece caracterizarse por una inmovilidad frenética". Finalmente, en Brexit, “tenemos muy claro que el debate sobre el artículo 50 del Tratado de Lisboa no puede mantener quietas a las instituciones un año más. Si de aquí al próximo año el debate fuera sólo sobre el artículo 50, se perdería más tiempo en un momento histórico en el que nadie tiene tiempo que perder. Necesitamos poner en marcha una estrategia diferente, muy difícil: se trata de imaginar un camino sin precedentes”.
