El calvario de Renault continúa, para reafirmar el difícil momento del mercado automovilístico. Tras las débiles cuentas del primer semestre de FCA, que sin embargo se ven compensadas por la buena estabilidad de las de prometida psa peugeot, hoy han llegado los informes semestrales del grupo Renault-Nissan y también de Volkswagen. Si los alemanes, a pesar de ver caer los ingresos y los beneficios, dicen haber contenido el impacto de la crisis del Covid-19, no se puede decir lo mismo del grupo francés, que desde hace un mes dirige el italiano Luca De Meo. Renault revive la pesadilla de 2009, el último año en rojo antes de 2019, cuando tras diez años consecutivos de beneficios había llegado el primer cartel, unas pérdidas de 141 millones. Esta vez, sin embargo, las cosas fueron mucho peor: -7,3 millones. Por lo tanto, en la primera mitad de 2020, Renault perdió más del doble de todo el ejercicio 2009 (-3,1 millones).
Las consecuencias del desplome se extendieron inmediatamente a la Bolsa, donde a media mañana la casa francesa perdía un 2,5%, por debajo de los 24 euros por acción. Según la prensa francesa, Renault sigue pagando la operación de Carlos Ghosn, el exdirector general que acabó en un escándalo judicial internacional, y el consiguiente deterioro de la relación con Nissan, el socio que contribuyó mucho al hundimiento de las cuentas. . El Covid también ha hecho su parte, aunque a Renault le haya ido peor que al mercado del automóvil, en cuanto a matriculaciones: -35% frente a -28%, con la facturación se redujo en un tercio a 18,4 mil millones. "Dadas las incertidumbres que pesan sobre la situación de la salud, tanto en Europa como en los mercados emergentes, Renault no puede dar una guía confiable para el año", dijo el presidente Jean-Dominique Senard.
La situación en Volkswagen es menos complicada. El grupo alemán, juzgado en los últimos años por el escándalo del Dieselgate, limitó los daños en el primer semestre de 2020, aunque los resultados sean negativos. De hecho, el resultado operativo se ha reducido a -800 millones de euros, frente a los 10 millones del mismo período del año pasado. El beneficio antes de impuestos también está en rojo, en 1,4 millones, frente a los +9,6 millones de hace un año. Los ingresos cayeron un 23 % a 96,1 27,4 millones de dólares y las entregas cayeron un 5,4 % interanual, de 3,9 millones de dólares a XNUMX millones de dólares. Importantemente Volkswagen ha decidido reducir significativamente el dividendo para 2019, de 6,5 euros a 4,8 euros por acción.