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Referéndum, la Economía del sí: la informática entra en la Constitución, esto es lo que cambia

Con la reforma que se someterá a referéndum el próximo 4 de diciembre, la coordinación del Estado sobre las infraestructuras y plataformas informáticas de la Administración Pública entrará por fin en la Constitución, lo que evitará enormes costes y despilfarros y simplificará la vida de los ciudadanos, del trabajo a la asistencia sanitaria y de la formación a la seguridad.

Referéndum, la Economía del sí: la informática entra en la Constitución, esto es lo que cambia

la corriente Artículo 117, párrafo r) de la Constitución italiana atribuye al Estado la legislación exclusiva sobre "pesos, medidas y determinación del tiempo", así como la "coordinación estadística e informática de datos" y la legislación sobre "obras originales". Con la nueva Constitución se añadió la competencia exclusiva de coordinar “los procesos y las correspondientes infraestructuras y plataformas informáticas de la administración estatal, autonómica y local”.

laexclusión de los procesos y plataformas de TI de la Constitución es comprensible: los padres fundadores de la época ni siquiera pudieron predecir la evolución de las tecnologías de la información, que sin embargo con el paso del tiempo se convirtió en un aspecto fundamental en la vida y administración del Estado. Esta ausencia ha causado considerables fallos de funcionamiento a lo largo de los años., favoreciendo una creciente fragmentación de los sistemas de información de nuestro país, con enormes problemas de coordinación, interoperabilidad, costos, eficiencia de los servicios ofrecidos.

Basta pensar en la multiplicidad de plataformas informáticas desarrolladas por distintas entidades para realizar funciones sustancialmente idénticas, como, por ejemplo, la gestión del impuesto sobre vehículos, la historia clínica electrónica, el sistema de información laboral y los servicios de empleo, la formación profesional y muchas funciones más. Una multiplicidad que no sólo tiene sentido millones y millones de euros gastados en vano pero también uno imposibilidad de "comunicación" entre los diferentes sistemas sin costosas intervenciones de interoperabilidad.

Los datos procesados ​​por Assinform muestran que el gasto total en TIC de la Administración Pública en 2015 fue de 5 millones. La Agencia para Italia Digital (Agid) ha elaborado un plan de tres años en el que estima que se pueden lograr 300 millones de ahorros solo a través de la racionalización de las plataformas de TI existentes en la AP, a lo que se deben agregar los ahorros derivados de la reducción de más de diez mil centros de datos existentes y la reorganización de ecosistemas y sistemas de seguridad, para tin ahorros totales de alrededor de 800 millones de euros en tres años

La posibilidad de tener sistemas de información organizados y gestionados con criterios transparentes y homogéneos permitirá no sólo hacer que los procesos y servicios existentes funcionen mejor y mucho menos costosos, pero brindará la oportunidad extraordinaria de desarrollar servicios nuevos y de vanguardia que podrían hacer que Italia recupere en pocos años muchos retrasos en términos de digitalización de la administración pública, reducción de la burocracia y brechas territoriales que actualmente son enormes en este frente.

El Gobierno ya ha puesto en marcha importantes y ambiciosos proyectos como el sistema de identidad digital, el hub de pago electrónico de la AP, la racionalización de los centros de datos públicos: todas estas iniciativas podrán implementarse de una forma mucho más completa, eficaz y rápida. gracias al nuevo artículo 117. A estos se podrían añadir otros muchos.

Un último aspecto a tener en cuenta es que la atribución exclusiva al Estado de la coordinación de procesos y plataformas informáticas tendrá repercusiones importantes para la seguridad también. La extrema fragmentación de nuestros sistemas de información hace más compleja y costosa la protección de datos y procesos, problema que puede superarse más fácilmente con la mayor coordinación que posibilita el nuevo artículo 117.

Para entender completamente las implicaciones de este cambio constitucional, supongamos que queremos crear una base de datos que publique datos sobre contratos de compra o gasto público, o los horarios del transporte público, en Datos Abiertos. En teoría, basta con discutir, encontrar una solución técnica y pedir a todas las administraciones que viertan sus datos en una determinada plataforma a través de determinadas herramientas y estándares.

En la práctica lo que va a pasar (y lo que ha pasado la mayoría de las veces que se han intentado proyectos de este tipo) es que unas administraciones lo harán y otras no. Y los que no lo hagan podrán recurrir ante el Tribunal Constitucional plantear una excepción de constitucionalidad ya que la Constitución vigente no prevé que el Estado pueda formular tal solicitud. Siempre y cuando, actualmente, el estado solo puede coordinar datos, pero no interoperabilidad (es decir, los mecanismos de comunicación e intercambio de datos).

Es una situación que ya se ha producido con los datos económicos: a principios de 2003 las regiones del Valle de Aosta y Emilia Romagna impugnaron ante el Tribunal Constitucional una disposición de la ley de finanzas aprobada a finales de 2002 que, en síntesis, preveía que el Estado "para asegurar la consecución de los objetivos de las finanzas públicas" podía adquirir toda la información útil sobre el comportamiento de las entidades y organismos públicos, que las administraciones públicas estaban obligadas a codificar los datos de cobros, pagos y devengos con criterios uniformes y a transmitirlos electrónicamente Una solicitud considerada inadmisible e inconstitucional por las regiones que recurrieron. 

Afortunadamente, la Corte Constitucional estableció que, dado que la solicitud tenía como objetivo la elaboración del presupuesto del Estado, que también es objeto de una disposición constitucional, esta disposición prevaleció y, por lo tanto, no contradijo la autonomía de las regiones. Pero entretanto habían pasado dos años (la sentencia es la n. 35 de 2005), y, en todo caso, la sentencia hubiera sido de signo contrario tratándose de cuestiones que no tienen relevancia constitucional, por ejemplo, una base de datos con los horarios de los autobuses.

la conciencia de apelaciones inminentes y sentencias adversas han bloqueado decenas de proyectos e iniciativas en ciernes a lo largo de los años lo que podría haber traído enormes beneficios a nuestro país. Y ha provocado el lanzamiento de proyectos que siempre han acabado teniendo una implantación irregular: porque unas administraciones cooperan, otras no.

Con el nuevo artículo 117 todo esto cambiará: la administración que no coopere ya no tendrá el arma del recurso constitucional. No se trata de ninguna centralización: los datos quedarán en manos de las administraciones que los producen, solo cambia una regla del juego por la que será posible la coordinación informática, en beneficio de todos.

Extracto de “L'Economia del Sì”, editado por Irene Tinagli. Descarga el documento completo.

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