El gobierno estudia la cashback, un mecanismo diseñado para fomentar los pagos electrónicos luego luchar contra la fuga. Con base en los detalles filtrados en las últimas semanas, el sistema debería predecir 10% de reembolso (en cuotas semestrales) de gastos incurridos con tarjetas de débito, crédito y prepago por un importe máximo de 1.500 euros en el semestre (3 mil al año).
Pero tenga cuidado: además del límite de valor máximo, también hay otra condición que debe respetarse. Para tener derecho al cashback deberá realizar, en el plazo de seis meses, al menos 50 transacciones electrónicas (100 en un año). En este caso es un umbral mínimo y no cuenta el valor de los pagos, sino sólo su número. Por lo tanto, será suficiente pagar al menos 50 cafés con el cajero automático.
De hecho, este es precisamente el propósito de la medida: acostumbrar a los italianos a usar la tarjeta incluso para gastos menores, cambiando así los hábitos generales de pago y asestando así un golpe realmente significativo a la evasión.
El mismo objetivo se aplica también a la otra novedad que el Ejecutivo se dispone a lanzar: una suerte de concurso que premiará 3 mil euros cada uno para los 100 mil italianos que, nuevamente dentro de 6 meses (probablemente del 2020 de diciembre de 31 al 2021 de mayo de XNUMX), realizará el mayor número de pagos con tarjeta. Para tener alguna esperanza de volver a entrar en el pequeño círculo de ganadores, por supuesto, habrá que utilizar transacciones electrónicas con mucha frecuencia, incluso para los gastos más insignificantes.
Según estimaciones del Ejecutivo, alrededor de 10 millones de italianos participarán en el plan en los primeros seis meses de aplicación de la medida. Si luego las membresías fueran menores a las esperadas, no se excluye que el gobierno decida aumentar el monto máximo del cashback y/o el porcentaje de gastos a reembolsar.
Las dos operaciones de cashback forman parte del "Italia plan sin efectivo”, que incluye también varias otras medidas: desde el sorteo de recibos hasta laReducción del límite máximo en el uso de efectivo, desde los incentivos al uso del TPV hasta las deducciones fiscales reservadas a los pagos en dinero electrónico, pasando por la exención fiscal de hasta 8 euros para los vales restaurante electrónicos.
De acuerdo con el Informe Ambrosetti de la Community-Cashless-Society de 2020, en 2025 el plan podría generar unos ingresos adicionales para las arcas públicas de 4,5 millones de euros. Si tarde o temprano Italia se ajusta a la media europea en cuanto al número total de pagos electrónicos, el Tesoro podría recuperar estructuralmente 29,5 millones de euros de ingresos.