Tras ocho Tours al servicio de los demás, desde 2013 como el escudero más fuerte que ha acompañado a Chris Froome en sus cuatro campañas victoriosas en Francia, Geraint Thomas, que cumplió 32 años el pasado 26 de mayo, se eleva a lo más alto del ciclismo mundial al ganar la 105ª edición del Tour, la carrera que por sí sola vale una carrera y la entrada en los clubes de los grandes.
Thomas cierra un curso del Tour sin nunca una broma vacía. Ganó dos etapas alpinas, no se perdió una rodada en los Pirineos, llegando casi siempre a la zona de bonificación: hacía días que nadie cuestionaba su triunfo, pero para asegurarlo en la caja fuerte, dando rienda suelta a su alegría, Thomas quería a esperar el desenlace de la contrarreloj de ayer que lo volvió a ver como protagonista luchando hasta el último por el éxito: no lo pasó por los pelos, finalizando tercero a 14” de un espectacular Tom Dumoulin que a su vez le arrebató la victoria de un gran Froome.
Espelette, la capital francesa de la guindilla, no dejó de ponerle picante al final de un Tour que el Team Sky ha dominado en todo momento. Y hoy en París en los Campos Elíseos, bajo el Arco del Triunfo, Geraint, el británico galés, disfrutará de la celebración de su triunfo, en el escalón más alto del podio, escalofríos y emociones que nunca ha experimentado en su carrera. Estará en el podio con él, espléndido. segundo con 1'51", Dumoulin -que tras el Giro se confirma como uno de los mejores del ciclismo mundial- y también Chris Froome, su capitán durante años que con una contrarreloj de Froome recuperó la tercera plaza de la clasificación general que no supo defender el esloveno Primoz Roglioc, protagonista de una contrarreloj por debajo de las expectativas.
Lejos de entristecerse por haberse perdido el doblete Giro-Tour, Froome habló del final de este Tour juntos en el podio como un "escenario de ensueño" con "Thomas merecidamente amarillo después de años de sacrificios a mi favor". Froome admitió que fue un Tour de luces y sombras para él: “caídas y momentos de alegría, en el Aubisque fue duro, hoy tuve buenas piernas, lástima que no me permitieron cerrar la contrarreloj dos segundos antes…”.
Froome no gana su quinto Tour, pero es una derrota que puede servir a su personaje transformando abucheos e insultos en aplausos hacia un auténtico campeón del pedal que los franceses nunca han amado y con él todo el equipo del Team Sky, acusado de ser demasiado fuerte y propenso a narcotizar. "Pero fueron precisamente estas manifestaciones hostiles - dijo Thomas - las que fortalecieron nuestra unión con el objetivo común de ganar". Y la fuerza y calidad del Team Sky también quedó patente en la contrarreloj de Espelette con Mikal Kwiatkowski cuarto en el orden de llegada junto a Thomas y Froome. Pero mientras domina la clasificación con el maillot amarillo de Thomas y el tercer puesto de Froome, el Team Sky no ha logrado recuperar el Tour por equipos: una clasificación que, calculada sobre los tres primeros de cada equipo, sitúa al Movistar en cabeza, pese a la decepción de ocupar sólo la séptima plaza con el primero de sus tres grandes nombres, MIkal Landa, mientras que Nairo Quintana, que fue quinto tras la hazaña en el Col du Portet, tras la mala contrarreloj de ayer (69º a 4 minutos de Dumoulin) se estrelló en el último escalón del top ten del que salía hacía días Alejandro Valverde (14º a casi media hora de Thomas).