La carta firmada por los siete directores de la Rai publicada ayer en el Corriere della Sera podría interpretarse como el desalojo oficial anticipado del director general, Antonio Campo Dall'Orto. El tema es el plan editorial presentado por Carlo Verdelli, quien renunció a la empresa en enero pasado por este tema. Los concejales lo dicen claro: estimado director general, lo hizo todo usted solo, no tenemos nada que ver… “el resultado de su evaluación tras el debate del consejo”.
En los pasillos de Viale Mazzini hay quienes observan que "la carta también está firmada por el director Marco Fortis que representa al accionista y tiene un significado muy claro: el Consejo de Administración está listo para desconectar". La próxima reunión del Consejo está prevista para los primeros días de mayo y nadie excluye sorpresas. La ola de polémicas que envuelve cada día es motivo de gran preocupación por muchos aspectos: en primer lugar, sigue en juego la renovación de la Convención (de la que Firstonline escribió en los últimos días) que deberá marcar el horizonte del compromiso editorial del servicio público de radiodifusión; en segundo lugar, la política, que empieza a mostrarse aprensiva a medida que se acercan los plazos electorales. Pase lo que pase, votamos en 2018, pero también podría haber algunas sorpresas anticipadas.
¿Podemos permitirnos la mayor empresa de información del país en plena fibrilación en este momento? En los últimos días, la tensión en la casa Rai toca otro tema candente: los poderes conferidos a la ANAC que dirige Raffaele Cantone. Se sabe que la Autoridad Anticorrupción aún tiene pendiente el expediente de las 21 contrataciones anómalas de altos ejecutivos. En el Consejo de Administración de Viale Mazzini, no son pocos los que podrían temer consecuencias en términos de ingresos si se constatara y sancionara una posible irregularidad en los procedimientos seguidos. Entre los más preocupados parece estar el más joven de los directores, Paolo Messa, quien en los últimos días ha expresado clara y rotundamente sus observaciones al respecto.
El tira y afloja sigue en curso y el destino del ganador aún no está claro, también porque, se objeta: ¿quién podría ser el sucesor del DG? Entre las hipótesis más imaginativas están las de una presidenta interina Monica Maggioni, poco creíble, o las de un insider de la Rai a pescar entre los que han podido flotar mejor en las recientes turbulencias empresariales (dicen: muy pocos). ¿Entonces? ¿Es mejor volver a poner todo en marcha ahora mismo o esperar a una expiración natural del mandato de Campo Dall'Orto, prevista para la primavera de 2018, quizás blindado y bajo la protección de la Junta?
Mientras tanto, la próxima semana, el 28 de abril, se convocará la Junta General de Accionistas de Rai Way. El título viaja a toda velocidad y las fibrilaciones no son previsibles. La gestión está a punto de cambiar con la salida del histórico CEO Stefano Ciccotti y la llegada de Aldo Mancino en su lugar. La gran apuesta del "polo de las torres" sigue en la agenda: en los últimos días, una vez más por Ei Torres, principal interlocutor de la operación, se reiteró: "Estamos listos para discutir pero no hay respuesta de Vía Teulada". " . Seguimos estancados en el círculo de competencias y responsabilidades: “No es Rai Way quien decide sino el accionista, es decir Rai que, a su vez, se refiere al Gobierno”. Punto final. La telenovela continúa.