Que alguien le explique a Monica Maggioni que ha sido nombrada presidenta de la Rai. Suena extraño tener que decir esto de una profesional que, como se ha repetido mil veces, ha hecho toda su carrera dentro de la función pública y que por tanto, más que nadie, debería llevar en su ADN el sentido de la imparcialidad. Y sin embargo es así: su participación en el encuentro de Comunión y Liberación como moderadora de dos debates ensombrece su capacidad para distinguir roles y comprender las exigencias que le plantea su nuevo estatus.
Está bastante claro que el compromiso se había hecho mucho antes, cuando Maggioni aún era director de un canal de información de la Rai, pero cuando la Compañía asumió la presidencia, todo tuvo que reiniciarse. Es una cuestión de sensibilidad institucional, de capacidad de asegurar a todos un profundo sentido de garantía, de dejar claro, desde el principio, que el Presidente de la Rai se sitúa por encima, y no dentro, de los acontecimientos políticos para garantizar una "correcta cuenta de lo que está pasando en el país.
Ahora que la Presidenta Maggioni no ha podido decirle que no a la periodista Maggioni, ¿cómo puede negar las solicitudes de otras organizaciones sin alimentar sospechas de discriminación? Sin embargo, está bastante claro que en cuanto entienda lo que significa presidir una gran empresa de servicios públicos, le quedará muy poco tiempo para salidas al exterior. Su nombramiento a la presidencia de la Rai fue recibido por un enorme coro de aplausos y alguien llegó incluso a asociarla con Moratti, cuya experiencia, sin embargo, acabó con un desmentido devastador de su trabajo por parte del accionista y con su paso atrás ( de presidente a simple consejero).
Le deseamos lo mejor a Maggioni, pero que alguien le explique que ha sido nombrada presidenta de la Rai.
