Con la aprobación de la Junta Directiva de Rai de la “Modelo Organizativo de Géneros”, que tuvo lugar la semana pasada, la Función Pública podría haber entrado oficialmente en una nueva era muy compleja, delicada y con perspectivas nada seguras. El condicional es obligatorio porque la nueva dirección lanzada desde Viale Mazzini no es otra que una revisión parcial del Plan Industrial votado en abril de 2019 por el Directorio anterior, presidido por Marcello Foa y por el director general Fabrizio Salini, al término de un largo debate que comenzó cuando asumieron al frente de la Compañía a fines de julio de 2018 y pasó por la aprobación de la Comisión Fiscalizadora Parlamentaria y del Ministerio de Desarrollo Económico.
Para comprender en profundidad el alcance de esta actualización del Plan, es útil recordar cómo la Junta Directiva de la Rai llegó a votar este pasaje, en qué contexto se ubica y qué perspectivas ofrece. Foa y Salini encuentran el proyecto en sus escritorios nada más tomar posesión y, por supuesto, antes de aprobarlo tienen que pedir un “descanso” de conocimiento y profundización. Pasan meses antes de llegar a la atención del Parlamento y del Gobierno para las "evaluaciones de competencia" y llegamos a las Directrices formuladas por las autoridades de control de la Rai en noviembre de 2019 que "... comprometen... a la Junta Directiva de la RAI a: - con referencia a la Sala de Prensa Unificada, así como la creación de una sola dirección de información en profundidad a la que pertenecen todas las ponencias, implementar todas las medidas apropiadas y adecuadas para que la centralización de las funciones editoriales no perjudique el pluralismo, desde el momento de la selección de las noticias hasta el de la presentación de las mismas; – en relación con las nuevas direcciones horizontales, titulares de presupuestos, y la consiguiente centralización de la toma de decisiones sobre contenidos, implementar todas las medidas encaminadas a evitar un aplanamiento de la oferta televisiva según una única sensibilidad; – adoptar todas las medidas oportunas y adecuadas encaminadas a evitar que la introducción de nuevas direcciones, además de las existentes y no en sustitución de las mismas, provoque la superposición de las distintas funciones y el aumento de los costes”.
Unos meses después, de forma dramática, llega la pandemia, y el El piano está "congelado". Atención al contexto político de referencia: el plan nació en el pasado gobierno conte 1 para luego ser aprobado en la siguiente fase, Gobierno Conte 2, para finalmente ser retomado en esta fase política (Gobierno Draghi).
El documento, del que tenemos escrito varias veces en FIRSTonline contiene (porque formalmente sigue siendo válido) las directrices que deben inspirar el camino de desarrollo de la Compañía: la tan deseada Compañía de Medios. Cabe señalar, además, que estos mismos lineamientos son expresión directa de lo previsto en el Contrato de Servicios que aún se encuentra vigente y se renueva para el 2023.
Entonces los tres elementos Contrato, Plan y Modelo Organizativo, están fuertemente ligados entre sí y precisamente en este sentido, exactamente el 14 de octubre del año pasado, se informó a las estructuras de la empresa que se constituirá una mesa de trabajo en la que estarán integrados los principales departamentos implicados.
Llegamos al día de hoy, con el nombramiento de la nueva Junta Directiva, presidido por Marinella Soldi y Carlo Fuortes como director general, que tuvo lugar el pasado mes de julio. A pocos días de su toma de posesión, el 4 de agosto, el Gerente General es convocado a la Supervisión donde anuncia dos cursos de acción: la primera está toda encaminada a la restauración del balance y la segunda a la revisión del modelo de organización societaria que, de hecho, incorpora en gran medida el de su antecesora Salini. Pasan unas semanas y Fuortes vuelve a Supervisión el 12 de octubre para una audiencia muy importante donde el Consejero Delegado explica muy claramente el estado de grave sufrimiento en el que las cuentas van vertiendo de Rai, sobre todo si se refiere a los compromisos que está llamada a cumplir.
También en este caso, se trata de las mismas dolorosas declaraciones ya expresadas por Salini unos meses antes y bien conocidas por todos los parlamentarios cuando declaró que "Es por eso que ahora es inaplazable que se definan las condiciones para establecer si la perímetro del Servicio Público puede permanecer invariable, manteniéndose los compromisos derivados del Contrato de Servicio definidos en un contexto económico y financiero que ya no es el actual, o si por el contrario llevar a Rai a una nueva perimetralización en general (también en términos de empleo, con las inevitables repercusiones sociales), con una probable disminución del papel central desempeñado por el concesionario del servicio público de radio y televisión en el apoyo al sector de referencia, así como los inevitables impactos en toda la industria cultural y audiovisual italiana ”.
Salini expresó claramente en una carta al Presidente de la Autoridad de Supervisión, Alberto Barachini, de fecha 20 de octubre de 2020: “En el contexto brevemente reseñado anteriormente, la evolución inercial de los resultados del cuatrienio 2020-2023 pone de manifiesto una situación económico-financiera situación tienden a ser insostenibles.
Por tanto, la premisa fundamental, es decir, la principal emergencia a la que se enfrenta la Rai es de carácter económico/financiero: qué es capaz de producir en relación con los recursos de los que dispone y cómo/dónde pueden realizarse las inversiones necesarias para su desarrollo y afrontar cada vez más competición intensa. Pero el tema de los recursos es sólo complementario y contextual a dos "emergencias" más que afectan al Servicio Público: el primero es de carácter normativo y el segundo de carácter tecnológico.
A nivel regulatorio, está en trámite la aprobación del conocido acto de gobierno 288 (Disposiciones comunitarias relativas a la adaptación y coordinación de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas relativas a la prestación de servicios de comunicación audiovisual). En los últimos días, tanto la comisión de Obras Públicas del Senado como la de Cultura de la Cámara aprobaron los preceptivos pero no vinculantes dictámenes destinados al Gobierno para la aprobación de la medida. Es un tema que, de hecho, redefine las líneas del anterior TUSMAR (Texto Refundido de Radio y Televisión) resultante de la Ley Gasparri de 2004 que señalaba el perímetro de los recursos internos del SIC (Sistema Integrado de Comunicaciones) y por tanto implica toda la cadena de suministro del mercado audiovisual nacional (véanse las recientes declaraciones de Giancarlo Leone, presidente de la APA sobre los fondos destinados a las producciones nacionales y la posición expresada por Netflix Italia con las declaraciones de Eleonora Andreatta). En este nuevo pasaje, al menos un punto es de gran importancia en las cuentas futuras de Rai, donde sea que les gustaría estar. revisar las cuotas de aglomeración publicitaria lo que, de hecho, penalizaría a la Compañía frente a la competencia. Ahora veremos si y en qué medida el Gobierno podrá o estará dispuesto a implementar las recomendaciones expresadas por los parlamentarios.
Además, aún en relación con las "turbulencias" regulatorias, es necesario recordar que se han presentado diversas propuestas para reforma de la gobernanza Rai de casi todas las partes y que ahora intentan, a duras penas, volver a llevar a una sola pista. Una empresa muy difícil con el riesgo real de empantanarse en tiempos quizás más largos que los de la presente legislatura. La meta es revisar la Ley 220 de 2015 con lo que el centro de gravedad del control de la Sociedad se ha desplazado del Parlamento al Gobierno.
Los temas legislativos están inevitablemente conectados y entrelazados con los económicos donde siempre surge la misma pregunta: cómo se utilizan los recursos que tiene Rai, ya sea que se deriven de la tarifa de la licencia o de la publicidad? Esta es exactamente la pregunta que los comisionados de control le hicieron a Fuortes: "¿Qué tipo de servicio público pretende proponer?". Este es el meollo del problema: el Rai actual no es ni puede ser lo que fue en otra era geológica, cuando no había internet y nadie imaginaba el difusión de OTT con los distintos Netflix & Co. Como hemos mencionado, primero Salini y luego Fuortes dijeron claramente que con los recursos actuales y las perspectivas inciertas que se vislumbran, será muy difícil sostener el perímetro de compromisos que se le pide a la empresa.
¿Qué hacer entonces? En los últimos días, la Ad Rai ha precisado claramente la naturaleza de estos recursos: “En reducción. Inestable e incierto. Impredecible e impactado por variables exógenas” y presentó cuatro “modestas propuestas”:
- “Reconocimiento íntegro de los recursos tarifarios, eliminando la retención actual de 110 millones de euros
- Remodulación del límite de cada tramo al 8% en 2022 y cuando esté en pleno funcionamiento
- Cancelación del canon de concesión sobre la renta ordinaria
- Ampliación del ámbito de aplicación de la tasa a los dispositivos multimedia (con las medidas oportunas)".
Como se puede apreciar, no son propuestas inofensivas ni indoloras cuando se refieren a los impactos que setodo el mercado audiovisual (ver el tema de las tarifas que deben pagarse en dispositivos capaces de recibir programas Rai, así como la amenaza percibida de sustraer fondos destinados a la publicación que ha suscitado tanta controversia). Además, y siempre en lo que se refiere al canon, cabe recordar las nunca mudas intimidaciones sobre su reducción, supresión o vuelta a la tributación general como se ha oído muchas veces por parte de diversos partidos políticos (desde el PD a la Liga).
Finalmente, todavía hablando de la tarifa, pesa una advertencia desde Bruselas, que por ahora parece dormida pero no del todo desactivada: la vuelta a su pago con la antigua modalidad de boletas postales, época en la que la evasión de pagos era de importantes dimensiones. Este tema surgió en mayo del año pasado cuando, de la lectura atenta de las indicaciones de la normativa comunitaria en materia de competencia, resultó que las empresas suministradoras de electricidad ya no deberían cobrar cánones que no deriven directamente de su actividad (y el canon de la licencia Rai entraría dentro de estos).
Finalmente, Rai está en medio de una transformación de época que preocupa el frente tecnológico. Como se sabe, el 20 de octubre se inició la fase de discontinuación de la codificación MPEG-2 de cara a la transición a DVB-T2 prevista para el próximo año. Se trata de entrar en el nuevo mundo de la difusión de señales audiovisuales bajo el signo de la oposición frontal entre broadcast y banda ancha, entre visión lineal y no lineal. No pocos son los que lo veno el fin del digital terrestre a finales de la década a favor de un modelo productivo, editorial y tecnológico, basado principalmente en la difusión a través de la red. ¿Con qué recursos Rai puede apoyar este esfuerzo, tanto desde el punto de vista económico como cultural? El propio Fuortes recordó que los "nativos digitales en Rai" son pocos y la edad media de los empleados es muy alta.
Queda, pues, una fuerte perplejidad sobre el hecho de que este “modelo organizativo”, en estas contingencias específicas del mercado, pueda constituir y permitir ese paso adelante capaz de poner a Rai en la senda de su desarrollo. Salini tenía razón y el actual director general lo ha reiterado bien: en este contexto la empresa tiene pocas perspectivas y, sobre la marcha, podrá lograr algunos ahorros y tal vez tapar algunos agujeros presupuestarios, pero es mucho más que imaginar cómo competir con sus formidables competidores.
Finalmente, la "reforma por géneros" levanta el velo sobre un nervio en carne viva muy delicado que no atañe sólo a la compañía Rai: la información. Como mencionamos anteriormente, tanto el Plan de Negocios aún vigente, como el Contrato de Servicios, contemplan explícitamente el tener que hacer frente a la "remodelación de periódicos" y la adopción de un proyecto editorial sobre este tema que contempla la creación de un NewsRoom del que se ha hablado durante algún tiempo sin llegar a consensuarlo.
Por tanto, la que acaba de comenzar aparece como una reforma trunca de un componente editorial de fenomenal importancia. Estamos en vísperas de importantes plazos institucionales que prevén la elección del nuevo Presidente de la República y la perspectiva de una votación parlamentaria que quizás no esté muy lejana y parece difícil imaginar que la "política" permita un instrumento de influencia deslizarse bajo sus narices de tanta importancia. El documento aprobado en los últimos días se limitaba a lanzar una dirección "en profundidad" sin precisar más sus tareas editoriales y objetivos. Se esperan para la próxima semana. los nombres relacionados, con las inevitables polémicas, que ya han comenzado, que surgirán en cuanto se anuncien los nombres.
A menudo se dice que Rai es el espejo del país. y/o viceversa. Quién sabe, tal vez sea cierto.